La rentabilidad del petróleo se agota en Venezuela ¿Criptomonedas como alternativa?

La crisis económica venezolana no es un evento noticioso en si a estas alturas. La hiperinflación, la emigración masiva y la tensa situación política y social que se vive en la nación sudamericana no es negada ya ni por el aparato estatal. La admisión de la crisis es total y ello viene porque negarla no tiene sentido por su inmensidad. La otrora potencia petrolera latinoamericana que en un momento fue la envidia de toda la región, hoy quedó reducida a un estado “forajido”. De hecho, el propio sector petrolero, que era su principal industria productiva, hoy se encuentra en etapas deplorables. Un sector que llegó a producir más de 3.200.000 de barriles de petróleo de forma diaria hace unos 12 años y que hoy en día produce 570.000 barriles, su nivel más bajo en los últimos 77 años. [Efecto Cocuyo]Un dato que es una clara radiografía que de cómo se encuentra un sector, así como toda la economía nacional. Las razones de esta bajada pueden ser muy variadas. Perdida de personal capacitado ante la degradación de la calidad de vida en el país, falta de reinversión en el sector, sanciones al sector por parte de diversas naciones podrían ser algunas de las causas propias que han generado como consecuencia la destrucción del principal ingreso de la nación latinoamericana. A pesar de las letras de Arturo Uslar Pietri sobre la idea de “Sembrar el petróleo” para así poder aprovechar los mejores momentos de la renta petrolera para construir una alternativa económica que nos permitiera una solidez para cuando el petróleo no fuera rentable, el país no siguió “una planificación” respecto a este punto y hoy se encuentra en una crisis visible.

Criptomonedas y Venezuela, un coqueteo constante

“Cripto-nación” como narrativa para referirse a Venezuela ha sido una constante que hemos visto en los últimos años. Ante la hiperinflación y la destrucción de la moneda local, muchos han sido los venezolanos que se han volcado a las criptomonedas para verlas como un refugio. Sin embargo, la relación de las criptomonedas no solo se ha mantenido con los ciudadanos, inclusive el propio Estado venezolano se ha mostrado favorable para su uso. Más allá de la creación de su propia divisa digital como resultó ser el Petro y de centrarnos en la discusión de si es un proyecto funcional o un aparataje de propaganda más, la vinculación del Estado con Bitcoin y otras criptomonedas es un tema real. Rumores como el que se mencionó de que el mismísimo Banco Central de Venezuela estaba evaluando mantener Bitcoin entre sus reservas internacionales y el uso de esta moneda por parte de PDVSA, la empresa petrolera del Estado, para el pago de proveedores en el extranjero nos dejan ver que hay una perspectiva favorable para el uso de criptomonedas. Pero, más allá del uso como moneda, también se ha explorado la posibilidad de obtener “dividendos” por parte del mismo ecosistema. La minería de Bitcoin y otras criptomonedas ha sido vista como una actividad estatal en múltiples escenarios. En el año 2018 la gobernación del Estado Zulia, a través de Criptolago, un exchange local que se encuentra vinculado jurídicamente con la entidad estatal, instaló una granja con más de 9.000 máquinas de minería dentro del Estado. [Banco y negocios] El “Plan Chamba Juvenil”, una política de Nicolás Maduro para dar trabajo a la población más joven del país, integró también desde el 2018 un “sector digital” para el minado de criptomonedas. Y más allá de los datos oficiales, según declaraciones que dio el exjefe de inteligencia militar de Nicolás Maduro, hoy asilado en Estados Unidos, el país cuenta con granjas de minería secretas dispersas por todo el territorio nacional. Sin embargo, a pesar de las declaraciones formales e informales, el minado de Bitcoin y criptomonedas no ha representado un ingreso real en los presupuestos del Estado venezolano. Ello según los Memoria y Cuenta que han presentado desde el Poder Ejecutivo en los últimos años. [Banco y negocios]

¿Tiene Venezuela infraestructura para la minería de criptomonedas?

Más allá de plantear la posibilidad, también es pertinente evaluar si realmente el país cuenta con lo necesario para hacer de la minería de criptomonedas su principal actividad económica. El principal elemento que se debe evaluar debe ser su sistema eléctrico. Un sistema eléctrico que ha sido noticia mundial por apagones generales a nivel nacional podría hacernos creer que sería imposible que se mantenga esta actividad, sin embargo, hay que evaluar a fondo la situación. A nivel de producción, un 70% de la electricidad del país proviene del caudal del Rio Caroní, ubicado en el sur del país en el estado Bolívar. Con las represas hidroeléctricas Gurí, Macagua y Caruachi, ubicados en el Bajo Caroní, el sistema eléctrico venezolano puede producir cerca de 17.000 MW por hora, basándonos en la Capacidad Máxima Instalada en las represas. Además de ello, sería energía totalmente limpia. Sin embargo, el principal problema que tiene el país en estos momentos se ubican en el sector de distribución y transmisión, importantes en el proceso que implica llevar dicha generación de electricidad hasta los hogares y empresas. Parte de los problemas de los cortes de electricidad provienen de aquí.

¿Qué tan rentable podría ser la minería de criptomonedas para Venezuela?

Basándonos en el último informe de CoinShares del año 2019 titulado “Bitcoin Mining Report”, los mineros de Bitcoin generaron un total de 5.400 millones de dólares en ingresos, incluyendo la recompensa natural por bloques y las comisiones que se generaron dentro de la red. A pesar de que no hay una perspectiva clara para el 2020, es lógico que el halving va a generar una disminución dentro de ese monto. Los ingresos de esta industria pudieran parecer un monto pequeño para un Estado, sin embargo, comprendiendo que las Reservas Internacionales del país se ubican en aproximadamente 7 mil millones de dólares, algún porcentaje de ese monto general pudiera verse atractivo. [Finanzas digitales]