El ministro británico de Economía, Kwasi Kwarteng, anunció este viernes que el Gobierno del Reino Unido bajará el impuesto sobre la renta a partir de abril de 2023.
También recortará el impuesto sobre la compra de viviendas en Inglaterra e Irlanda del Norte. Estas medidas forman parte de un plan de crecimiento para estimular la economía.
En una declaración ante la Cámara de los Comunes, Kwarteng reveló que se rebajará el tipo básico del impuesto sobre la renta al 19% en abril de 2023. Esta determinación, explicó se toma un año antes de lo previsto. La medida implica un recorte fiscal para más de 31 millones de personas en apenas unos meses y se abolirá la tasa más elevada del 45% de ese impuesto.
“Esto simplificará el sistema fiscal y hará que el Reino Unido sea más competitivo. Incentivará el crecimiento y beneficiará a toda la economía y a todo el país.”
Por otra parte, el Ejecutivo planea rebajar el impuesto sobre la compra de vivienda en Inglaterra e Irlanda del Norte, elevando a 250.000 libras (278.050 dólares) el precio de la vivienda a partir del cual se ha de pagar ese tributo.
Para el caso de las personas que compren propiedad por primera vez, el umbral se elevará de 300.000 libras a 425.000 libras (de 333.000 dólares a 472.000 dólares).
El gobierno de Liz Truss presenta así el paquete de recortes fiscales más radical para el Reino Unido desde 1972. Con estas acciones pretende reducir los gravámenes tanto a los salarios de los trabajadores como a las empresas, en un esfuerzo por impulsar el potencial de la economía a largo plazo.
Otras medidas del plan
El plan también aborda la creación de nuevas “zonas de inversión” con menores regulaciones para quienes constituyan empresas. El objetivo es que la economía británica crezca un 2,5% al año, un nivel que no se alcanza desde hace más de una década.
Además, se eliminará el incremento previsto del impuesto de sociedades y se erradicará el actual límite a los bonus que perciben los banqueros.
Hasta ahora, según las actuales reglas acordadas tras la crisis financiera en el marco de la Unión Europea, la bonificación que percibe un banquero no puede superar el doble de su salario anual, a menos que haya un acuerdo entre accionistas.
El plan representa al mayor gasto del Tesoro desde 1972, cuando Ted Heath era primer ministro y Anthony Barber canciller. Ese presupuesto provocó una espiral de inflación y deuda que tardó una década y un rescate del Fondo Monetario Internacional en ser resuelto.
¿Cuál es el objetivo?
Las medidas pretenden evitar una recesión que, según el Banco de Inglaterra, ya ha comenzado. El Gobierno quiere aumentar la productividad, que ha quedado rezagada respecto a otras naciones del G-7. Por su lado, los economistas temen que el paquete de medidas sea inasequible.
El temor radica en que desencadene una crisis monetaria cuando los inversores se den cuenta de que la carga de la deuda del Tesoro seguirá aumentando.
El Banco de Inglaterra elevó las tasas medio punto el jueves. Señaló, además, que los signos de exceso de demanda obligarían a acelerar su movimiento. Martin Weale, que trabajó en el banco central desde 2010, sostuvo que los planes del Gobierno “terminarán en lágrimas” y en un corralito de la libra.
Los partidos de oposición dijeron que las medidas son demasiado generosas para los ricos. Desde ese sector político entienden que obligarán a subir las tasas de interés, poniendo en peligro aún más las finanzas de millones de familias que luchan contra el aumento de la inflación y de las facturas de energía.
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