KPMG lanza blockchain para medir las emisiones de gas de manera más eficaz

El producto llamado Climate Accounting Infrastructure (CAI) será utilizado para aplicar un sistema más exacto para la contabilidad aplicado al sector ecológico. Arun Ghosh, líder de Estados Unidos de blockchain de KPMG,  explicó porque esta herramienta tiene relevancia y especialmente un futuro consolidado en la nueva era de la economía ecológica:

“A medida que los inversores amplían su enfoque más allá de los factores financieros para incluir las prácticas de ESG, las organizaciones están aumentando sus esfuerzos para reducir las huellas de carbono, junto con la divulgación transparente de los progresos. Las capacidades de información de confianza, como las que permite el Climate Accounting Infrastructure, serán fundamentales para satisfacer las expectativas de los interesados y cumplir con las nuevas reglamentaciones”

El CAI integrará los sistemas existentes de una organización, incluidos sensores de IoT, con fuentes de datos externas para establecer un rastro verificable de las emisiones y compensaciones registradas en el blockchain. Adicionalmente, la nueva herramienta de KPMG también utiliza datos ambientales confiables y en tiempo real y análisis avanzados para modelar el impacto de los riesgos climáticos en las operaciones comerciales y el desempeño financiero. Para llevar al mercado las capacidades del CAI, KPMG está trabajando con diversos grupos de la industria, grandes actores de la tecnología y empresas de tecnología climática, incluyendo Context Labs, Prescriptive Data y Allinfra.

Modernizar las prácticas de ESG son una prioridad para todas las industrias

Las prácticas ESG (Siglas en inglés, environmental, social, and governance) o denominados inversión socialmente responsable, son un set de buenas prácticas que busca reducir niveles de contaminación, sobre-explotación o emisiones de carbono al ambiente. S&P Dow Jones los define de esta manera:

Invertir de manera sostenible significa incluir aspectos “extrafinancieros” en la toma de decisiones de inversión, es decir, considerar factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo

La corriente de aplicar una cultura empresarial socialmente responsable con el medio ambiente está en auge desde hace años, sin embargo una cosa son las palabras y otras son los hechos. Muchas empresas no tienen herramientas para recopilar datos correctamente o sus infraestructuras son pobres y anticuados. Para Mike Hayes, líder mundial de energías renovables de KPMG, las empresas están casi obligadas a acatarlas y por ello han de modernizarse:

“Modernizar las prácticas de ESG se está convirtiendo en una prioridad para todas las industrias, desde la energía a la tecnología, pasando por la atención sanitaria y el comercio minorista, para apoyar tanto el rendimiento financiero como la capacidad de recuperación. Como resultado, las organizaciones mundiales están buscando integrar los riesgos ambientales y financieros asociados con el costo del carbono en el enfoque de su cartera de bienes raíces, utilizando las tecnologías emergentes para validar sus datos y estrategia”

El uso de blockchain para la sostenibilidad ecológica está en pleno auge

Un caso de uso muy claro para blockchain, es proporcionar transparencia y apertura en la recogida de datos de emisiones de gas. Anteriormente, ha existido casos de corrupción o de opacidad engañando con datos falsos las emisiones de gas de una empresa o productos. Un ejemplo claro sería el caso de Volkswagen, que fue descubierto mintiendo a las autoridades sobre el nivel de contaminación de sus coches mediante un software diseñado para engañar . Por ello, muchas empresas están queriendo dar un paso al frente y mostrar su actitud transparente mediante la tecnología. Correos España comenzó a utilizar blockchain para combatir su huella de carbono es sólo un ejemplo, aunque existen muchas iniciativas con blockchain ecológicas que pretenden paliar el calentamiento global. Iniciativas como estas han reforzado blockchain como la tecnología perfecta para recopilar datos de una manera eficaz y sobretodo transparente. La industria se va profesionalizando y finalmente mega empresas como KPMG han sabido ver el potencial de esta tecnología no sólo para proteger la ecología, sino también al ofrecer un gran incentivo económico.