Seudonimato y anonimato: Comprendiendo las diferencias clave

El anonimato es uno de los pilares fundamentales del espacio cripto, ¿pero en qué nivel? Dependiendo de la cantidad de información expuesta, podemos hablar de anonimato total, seudonimato y privacidad. En este último caso, la anonimidad no existiría, ya que los datos personales de los usuarios sí son observados por terceros, aunque estos se comprometan a tomar medidas para que no se filtren.

Como mínimo, cuando contratamos de servicios financieros tradicionales solemos requerir altos niveles de privacidad. Puede que aceptemos superar un KYC, pero exigimos que nuestra información no se comparta con nadie. Los usuarios de criptomonedas van más allá, buscando el mayor grado de anonimato posible: que no se pueda relacionar su identidad con una operación o monedero.

A medio camino entre el concepto clásico de privacidad y el de anonimato tendríamos el seudonimato. En esta guía, veremos qué significa cada uno de estos términos, en qué aspectos se diferencian y qué similitudes podríamos definir.

Privacidad, anonimato y seudonimato

Todo el mundo quiere mantener cierto grado de privacidad en diferentes aspectos de su vida. En general, no nos gusta facilitar nuestros datos personales. De hecho, cuando lo hacemos, es a cambio de un servicio público y privados necesarios por cuestiones de seguridad y comodidad.

Curiosamente, no suele importarnos tanto la privacidad en Internet. Regalamos alegremente nuestros datos mientras navegamos, vemos vídeos, realizamos compras o jugamos. Aunque pensamos que esta información no nos identifica, cualquiera podría conocer tu ubicación a través de la IP y el navegador que usas. Poca broma.

Buena parte de los internautas, sobre todo los usuarios de activos digitales, consideran el ciberespacio un lugar demasiado inseguro como para confiar en las medidas de las plataformas online para proteger nuestros datos personales. Es decir, la privacidad en términos tradicionales no es una opción: prefieren el anonimato total o, en su defecto, el seudonimato.

¿Qué es el anonimato?

Básicamente, el anonimato supone que nadie sepa quién está detrás de una acción (salvo la persona que la ejecuta, por supuesto). El estereotipo de la máscara es muy socorrido para explicar qué es el anonimato, pero, en realidad, sería aplicable al seudonimato. Luego veremos por qué. En realidad, el anonimato se relaciona más con llevar varias máscaras o, en un sentido más técnico, cubrir una operación con varias capas.

Ciertamente, levantar muros es el mecanismo por el cual se consigue que una huella digital sea prácticamente imposible de relacionar con la persona física correspondiente (siempre hay una probabilidad, aunque sea ínfima). Viene a la mente la cebolla de Tor, cuyo funcionamiento se basa en capas.

En el espacio cripto, el anonimato se refuerza con el uso de herramientas de criptografía que ofuscan las transacciones, aunque no todas las blockchains ofrecen el mismo grado de anonimidad. Las redes transparentes, como es el caso de Bitcoin o Ethereum, abren la puerta a la identificación de direcciones. De hecho, el servicio ENS plantea cuestiones interesantes en esa dirección. 

¿Por qué es necesario el anonimato?

Los usuarios de criptomonedas defiende el anonimato como un derecho fundamental de toda persona. Por otro lado, las instituciones y autoridades gubernamentales abogan por su eliminación. Es la lucha histórica entre la centralización y la descentralización, la vida privada y la pública, el empoderamiento individual y los poderes fácticos.

Está claro que el anonimato solo favorece a los individuos o a grupos descentralizados, mayormente de tamaño limitado. En el caso de los estados centrales, supone un dolor de cabeza, ya que, por mucho que nos cueste reconocerlo, es mucho más fácil realizar actividades ilegítimas si nadie sabe quién o qué grupo de personas mueven los hilos.

Ventajas de la anonimidad

Esto nos llevaría a una discusión sobre la legitimidad de los gobiernos y entidades centralizadas no democráticas, pero mejor centrémonos en las ventajas de la anonimidad, concretamente en el espacio cripto.

Como ya hemos comentado, por muy robustos que sean los sistemas de protección de datos de una entidad, siempre existe la posibilidad de que tus datos sean usados o sustraídos. El anonimato es la única garantía en escenarios donde los individuos deben eludir la vigilancia ilegítima de terceros:

• Donaciones. El anonimato protege a individuos que puedan verse comprometidos políticamente al realizar donaciones a organizaciones o países. El caso de las donaciones a Ucrania tras la incursión rusa en 2022 es un buen ejemplo de cómo las donaciones con criptomonedas es altamente eficaz para mantener cierto grado de anonimato.
• Informantes. Los activistas ponen en peligro sus vidas en numerosas ocasiones para compartir información sensible de estados, grupos delictivos o individuos poderosos con intenciones poco amistosas con el resto de la sociedad. El espacio cripto es su mejor aliado en términos de anonimidad.
• Seguridad personal. Algunas personas y compañías valoran su anonimato por encima de todo. Ya sea por cuestiones de seguridad o por simple preferencia personal, hay proyectos cripto que permiten transferir información y dinero de forma totalmente opaca.

Proyectos que defienden la anonimidad

No todos los ecosistemas cripto ofrecen el mismo grado de anonimidad. De hecho, las redes más populares son totalmente transparentes. Para realizar transacciones desde el anonimato absoluto hay que recurrir a proyectos basados en firmas de anillo y protocolos zK, como Monero, PIVX, ZCoin y ZCash.

Cabe destacar el caso de MakerDAO, un conglomerado DeFi que pretende implementar un mecanismo que proteja el anonimato. Según Rune Christensen, fundador de MakerDAO, la implementación del sistema imposibilitaría el ataque selectivo a miembros concretos de la comunidad.

Limitaciones de las soluciones anónimas

La anonimidad plantea cuestiones relacionadas con el mal uso de las herramientas que permiten actuar de incógnito. El problema principal, y argumento manido por las autoridades, es el potencial delictivo. A nadie le sorprende que los delincuentes intenten por todos los medios mantener su identidad en el anonimato.

Por otra parte, incluso si entendemos la anonimidad como un derecho y no una posibilidad para delinquir a placer, el anonimato no es tan fácil de conseguir. En realidad, implementar sistemas totalmente anónimos podría considerarse imposible, ya que siempre hay formas de seguir las pistas que dejan las transacciones a través de técnicas sofisticadas de rastreo.

¿Qué es el seudonimato?

El seudonimato es mucho más sencillo de aplicar. Básicamente, se consigue usando un seudónimo a la hora de operar. Retomando el ejemplo de las máscaras, el seudonimato consistiría en llevar puesta una máscara, reduciendo dramáticamente el grado de anonimidad en favor de una mayor fluidez de la operativa.

Pros y contras del seudonimato

Ventajas

• Libertad. Al igual que el anonimato, el seudonimato permite operar con libertad. Las direcciones cripto pueden considerarse una suerte de seudónimo, aunque estas pueden identificarse con algún nombre para facilitar la operativa.
• Participación. El seudonimato fomenta la participación de más miembros en las comunidades cripto, especialmente en el caso de personas que quieren contribuir parcialmente o no desean involucrarse personalmente en un proyecto.
• Censura. Los sistemas seudónimos y descentralizados son resistentes a la censura.

Desventajas

• Delincuencia. Como ocurre con el anonimato, el seudonimato permite la ejecución de actividades ilícitas con mayor libertad.
• Confianza. Es difícil generar confianza desde el anonimato o el seudonimato, especialmente en el caso de equipos de desarrolladores y fundadores de proyectos.
• Regulación. La creciente presión regulatoria a nivel mundial sobre el espacio cripto dificulta la proliferación de proyectos basados en el anonimato. Los procesos KYC son opuestos a la anonimidad, aunque puedan las compañías que los implementan puedan asegurar un alto nivel de privacidad.

Seudonimato: Casos de uso

El anonimato no siempre es posible en el espacio cripto. En las transacciones P2P, es mucho más fácil alcanzar un nivel óptimo de anonimidad, pero en entornos comerciales, la seudonimidad es la última barrera. Después, está la privacidad propiamente dicha.

En términos de adopción, es el punto de equilibrio perfecto, tal y como muestran soluciones seudónimas como Bitcoin o Ethereum, aunque ya hemos visto que en el futuro será posible asociar una dirección ETH a una cuenta corriente o un nombre real (a través del servicio ENS). Los puristas cuestionan que alguien conectar sus seudónimos en la red a su identidad en el mundo físico, pero será una posibilidad.

Transacciones cotidianas

Bitcoin y Ethereum han demostrado ser un medio excelente para realizar operaciones cotidianas con un grado de seudonimato óptimo. Las transacciones son relativamente rápidas y, si la fiebre de los memes y NFT da paso de nuevo a la normalidad, su costo volverá a ser medianamente asequible. En este sentido, hay alternativas menos populares, pero con comisiones de red significativamente más bajas.

Los seudónimos son comunes en el espacio cripto. Incluso el creador de Bitcoin usó un seudónimo para comunicarse con la comunidad: Satoshi Nakamoto.

Creación de NFT

Hablando de NFT, el seudonimato es común entre creadores digitales y traders. Algunos marketplaces no satisfacen sus necesidades mínimas en este sentido, por lo que recurren a redes como Bitcoin y Ethereum, aunque eso suponga su colapso transitorio y el encarecimiento de las transacciones.

El mercado tokens no fungibles muestra uno de los casos en los que la anonimidad es un problema, principalmente para los artistas. El anonimato total impide la programación de contratos inteligentes para la concesión de regalías. Para enviarlas, es necesario un mínimo de identificación, la que ofrece la seudonimato.

Redes sociales descentralizadas

Mastodon y Damus son dos ejemplos de redes sociales que compiten directamente con Twitter, asimilando incluso su entorno gráfico, pero basando su funcionamiento en una estructura totalmente descentralizada. Su éxito reside en la implementación de un sistema seudonimato que impide la censura y garantiza la libertad de expresión de los usuarios.

Proyectos DeFi

El anonimato no impide el desarrollo de proyectos DeFi, pero sí supone un impedimento a la hora de crear una comunidad. Cuesta confiar en un proyecto cuyo equipo de desarrolladores y fundadores no se conoce. En general, los inversores y usuarios se sienten más seguros si tienen una cara a la que señalar cuando algo mal, aunque, al final, no puedan recuperar sus fondos.

El seudonimato no soluciona del todo esta cuestión, pero sí aligera el peso de la desconfianza que puedan sufrir los usuarios potenciales de un ecosistema DeFi. Por su puesto, todo depende de la naturaleza del proyecto. Si pensamos en Bitcoin, la identidad de su creador sigue siendo una incógnita, algo que no ha impedido que sea la criptomoneda con mayor adopción del mundo.

La red de Nakamoto abrió una puerta hacia la anonimidad imposible de cerrar. Actualmente, el desarrollo de proyectos en esa dirección es imparable. StealthEX o zkID son dos ejemplos del interés creciente en la anonimidad. En el primer caso, la propuesta incluye la posibilidad de estar registrados en un exchange sin KYC, operando de forma seudónima. En cuanto a la aplicación de Polygon, usa tecnología zero-knowledge para ofuscar las identidades digitales.

Anonimato y seudonimato: Diferencias

Aunque puedan equipararse en ciertos aspectos, la anonimidad y la seudonimidad difieren bastante. Basta pensar en las ballenas cripto para hacerse una idea. Haciendo un seguimiento de sus operaciones, podríamos identificar a las personas que intentan manipular el mercado.

Gracias al seudonimato, podemos saber cuánto dinero se está moviendo, incluso el trayecto, pero es prácticamente imposible saber quién está realizando las operaciones. Si las ballenas fueran anónimas, no habría forma de saber qué direcciones están enviando o recibiendo los fondos.

Este escenario nos lleva a una cuestión radical: la responsabilidad. Si no puedes identificar a un sujeto, no puedes señalarlo por las acciones que comete. Este detalle cobra relevancia cuando tiene lugar un hack y, aunque puede rastrearse el flujo de los fondos, no hay manera de localizar en el mundo “real” al hacker.

En este sentido, las cuentas seudonimato permiten cierto grado responsabilidad, siempre y cuando se puedan vincular de alguna manera con sus propietarios. Hay formas, y algunas no son tan rebuscadas. En cambio, una cuenta anónima acaba con cualquier posibilidad de responsabilizar a su dueño.

De la responsabilidad, se desprende la cuestión de la seguridad. No hablamos solo de posibles robos y hacks. Hay que tener en cuenta que las transacciones en el espacio cripto son irreversibles. Cualquier fallo en la operativa puede suponer la pérdida involuntaria de una cantidad de dinero que, en el caso de transferirse a una cuenta anónima, es imposible de recuperar. Incluso hablamos de una cuenta seudónima, habría que confiar en la disposición del propietario para enviar los fondos de vuelta.

Anonimidad: Conclusión

Desde el punto de vista de las autoridades, la seudonimidad es más deseable que la anonimidad absoluta, ya que permite cierto rastreo de la actividad general de las redes. Esto supone un grado de control soportable (necesario en algunas ocasiones). También tiene un impacto directo en la experiencia de usuario, que puede resultar más agradable y menos estresante.

Lo importante es que existen opciones para elegir si se quiere operar de forma privada, seudónima o anónima. La capacidad de elección, con la formación oportuna, se traduce en libertad. Por supuesto, esta libertad implica una responsabilidad personal que nos obliga a valorar si nuestras actividades son o no legítimas.

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