La inflación de la zona euro ha alcanzado un máximo histórico en los últimos 10 años, lo que podría desencadenar nuevos aumentos. Esto contrastaría con los planes del Banco Central Europeo sobre el crecimiento de los precios al tiempo que se compromete a mejorar en el corto plazo la economía europea.
De acuerdo a los datos presentados por Reuters, se evidencia que la inflación que impacta directamente al consumidor en los 19 países integran la Unión Europea se disparó un 3% en el mes de agosto desde el 2,2% registrado en julio, muy por encima de las expectativas alternativas de un 2,7% y del objetivo y del 2% del Banco Central Europeo.
Aumento de costos energéticos, posible causa del incremento
Se atribuye el aumento vertiginoso de la inflación de los meses de julio y agosto de 2021, a los altos costos energéticos, que inciden directamente en los precios de los alimentos que también se vieron afectados al alza. Sin embargo, el Banco Central Europeo atribuye el incremento a otros factores como la falta de producción industrial.
Tal como lo reseño en días pasados, BeInCrypto, el sector energético es protagonista, donde por ejemplo la factura de electricidad de millones de ciudadanos de todo el continente, ha aumentado de manera astronómica, como en el caso de España, por ejemplo.
Específicamente han explicado desde el BCE que:
“Una serie de factores únicos, incluidos los cuellos de botella de producción relacionados con la reapertura de la economía después de la pandemia de COVID-19, representan la mayor parte del aumento de la inflación, y que el crecimiento de los precios se moderará rápidamente a principios del próximo año.”
Lo que por los momentos resulta difícil de observar con claridad, con un sector energético tradicional golpeado por las recientes regulaciones que entrarán en vigencia a partir del 2025, según las cuales, para el 2030 la reducción de la huella de carbono deberá eliminarse progresivamente al menos en un 90% en el sector automotriz.
Esto con el objetivo de dar paso a una industria híibrida (en su mayoría eléctrica) que permite tener una economía energética más verde y amigable con el medio ambiente.
Sin embargo, no se tiene previsto que la inflación detenga su paso en el presente año, ya que el economista jefe del Banco Central Europeo, señalaba que:
“Creemos que la tasa general caerá a alrededor del 2% en enero y tenderá a la baja a lo largo de 2022 para terminar el próximo año en alrededor del 1%”
Datos que vislumbran un escenario económico complejo para el resto del 2021 e inicios de 2022, con un euro digital que apenas se encuentra en estudio para un posible desarrollo no confirmado, que termina por seguir abriendo espacios para la adopción de criptomonedas como Bitcoin en la zona europea, ante un nuevo enemigo poco conocido por los europeos: la inflación.
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