Hace algunos días, el presidente de España Pedro Sánchez manifestaba su intención de crear una criptomoneda nacional a fin de mejorar el intercambio de dinero entre pares sin la intermediación bancaria, su idea es imitar el proyecto Sand Dollar pero ¿es jurídicamente posible?
En declaraciones de prensa, el Presidente Pedro Sanchez manifestó la necesidad de contar una criptomoneda nacional que pudiese servir para asuntos nacionales tal como servir como alternativa al sistema bancario tradicional
¿Cuáles son las implicancias de tener una criptomoneda nacional pública emitida por un banco central?
Primeramente, aquella criptomoneda tendrá el mismo valor jurídico que la emisión nacional de dinero fiat (sin blockchain) por tanto, todo indica que el gobierno español iría hacia una forma no convencional de emisión de dinero bajo las prescripciones de “alternativa monetaria”.
Estas acepciones se encuentran afirmadas por el informe del BBVA donde podemos apreciar que el gobierno español apunta a la creación de una CBDC (Central Bank Digital Cryptocurrency), donde citamos algunas de sus características esenciales mencionadas por el referido informe:
Las CBDC constituyen una alternativa al dinero en efectivo que también es entre pares (peer-to-peer), pero abre la posibilidad de introducir cambios en las otras tres características:
- Pueden ser de acceso universal o restringido a un grupo particular de usuarios. Asimismo, las DLT pueden ser abiertas o cerradas (por ejemplo, limitadas a bancos o instituciones financieras).
- Pueden ser anónimas (como el efectivo) o identificadas (como las cuentas corrientes). Las primeras responden a la idea de las CBDC basadas en tokens, y la segunda a las CBDC basadas en cuentas. Pueden pagar intereses o no.
- La desvinculación del efectivo del papel-moneda abre la posibilidad de incluir como característica los intereses, tanto en la variante basada en cuentas como en la basada en tokens.
¿Tiene España potestad para crear su propia política monetaria mediante un CBDC?
Las CBDC se promueven en determinadas naciones que tienen autonomía frente a la emisión monetaria, pero en este caso en particular España es parte de la Unión Europea, por tanto las decisiones que surgen sobre su política de emisión monetaria están delegadas a la comunidad y supeditadas al consenso de los estados miembro, por tanto resulta extraña la iniciativa presentada por el presidente Sanchez, ya que escapa al orden común europeo.
En este contexto, la disyuntiva hace aún más dudoso el éxito de esta iniciativa, por un lado, España no puede realizar esta clase de actos de forma unilateral y por el otro, los ciudadanos quizás no se encuentren interesados en escapar del euro hacia una moneda nacional sin sustento de la Unión Europea, motivo por el cual jurídicamente se está en frente de una decisión que debe madurar legalmente y reglamentarse en conjunto con la comunidad de los países miembros.
Sin lugar a dudas, existen muchas certezas de que blockchain podría facilitar las transferencias de dinero de una persona a la otra sin intermediarios, pero existen dudas acerca de la viabilidad de esta propuesta por parte de España dadas las condiciones de pertenencia a la comunidad europea y la fortaleza del euro frente a otras divisas.
Finalmente, las CBDC que se encuentran en gestación actualmente están en un marco de trabajo interdisciplinario denominado “sandbox regulatorio”, donde se presentar conflictos y soluciones al respecto. Todas las propuestas están bajo el marco de innovación monetaria donde la seguridad tecnológica y jurídica debe ser lo principal, España se encuentra en un punto de inflexión que de ser positivo inspiraría a países de la Unión Europea a involucrarse en la iniciativa y lograr así, el éxito de la medida.
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