Edgar Adhemar Bacchiani, propietario y Ceo de la empresa Adhemar Capital, fue detenido esta mañana. El empresario es señalado como el “Cositorto de Catamarca“. La empresa a su cargo fue denunciada en 3 provincias por estafas a inversores. Las víctimas entregaban su dinero en criptomonedas, a cambio de supuestas tasas del 50% anual.
La Justicia estima que, sólo en Catamarca, son unas 1,800 personas las víctimas del accionar de Bacchiani. En Córdoba hay 18 damnificados y las denuncias continúan creciendo. El líder de la organización está imputado por “asociación ilícita, lavado de activos, defraudación e intermediación financiera no autorizada”.
Así detuvieron a Bacchiani
Dos móviles de Gendarmería fueron a buscarlo a su casa después de que la Justicia Federal de esa provincia ordenara su detención, la de su su socio José Blas y de otros dos imputados. Algunos ahorristas llegaron a la casa de Adhemar, en barrio Pueblo Chico, para ver cuando los oficiales lo buscaban.
Lucas Retamozo, abogado defensor de Edgar Bacchiani, admitió que el dinero no regresó a los inversores.
“Mi cliente me dijo que está trabajando para dar cumplimiento con todas las obligaciones de los inversores y que va a seguir haciendo eso para que todos puedan recuperar su dinero”
El caso salpica a la política
En enero el Banco Central le solicitó a la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) que investigue a la firma Adhemar Capital. Fue ante la posibilidad de que esté desarrollando una estafa piramidal bajo la fachada de supuestas inversiones en criptomonedas.
El pedido se originó en una denuncia de los gobernadores de Catamarca, Raúl Jalil (uno de sus hermanos tiene dinero en Adhemar), y de La Rioja, Ricardo Quintela. Ellos alertaron en setiembre pasado por la actividad de una serie de empresas no financieras instaladas en esa provincia.
Detallaron que se estaban dedicando a captar fondos cuyo destino sería la inversión en el mercado de criptomonedas. La atractiva contraprestación eran ganancias mensuales que superaban ampliamente a las del mercado oficial. Anoche hubo manifestaciones de ahorristas frente a la casa de Jalil.
Si bien la incertidumbre de los inversores se arrastraba desde fines del año pasado, hubo un tiempo de espera y casi sin que se formalizaran denuncias. Lego de una sucesión de compromisos que no se cumplieron, nuevas dilaciones y ante la falta de respuestas concretas, comenzaron a concretarse presentaciones judiciales que luego se multiplicaron rápidamente.
Según los investigadores, Bacchiani se jactaba de sus relaciones con el poder en lo más alto de la escala social de Catamarca. Armaba colectas para personas enfermas y les pedía a sus “inversores” que colaboraran. En los próximos días se decidirá la situación de otros implicados en este caso que eleva la temperatura en las calles de Catamarca, donde hay muchos vecinos que confiaron sus ahorros y hasta sacaron créditos o vendieron autos para meter plata en estas inversiones.
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