El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la economía global afronta serias amenazas por la aceleración de la inflación, la desaceleración de la actividad y el impacto por la guerra en Ucrania.
Un informe actualizado de las perspectivas económicas mundiales, pronosticó un panorama “sombrío y más incierto” después de la recuperación de 2021.
El organismo consideró que la economía global crecería este año un 3.2% en promedio. El nuevo pronóstico indica un recálculo a la baja en comparación con el informe mundial de perspectivas (WEO) de abril pasado.
Allí estimaba una mejora de 3.6%. Además, bajó un poco más la vara para el año próximo: pasó de esperar un avance del PBI global de 3.6% y ahora aguarda un 2.9%.
El freno más fuerte, según el organismo, se registrará en las economías avanzadas. El recálculo que hicieron los técnicos del FMI fue de una mejora anual en 2022 de 3.3% —tal lo que esperaba en abril— hasta 2.5%.
Estados Unidos, como se dijo, se lleva la peor parte en esa reconsideración de expectativas (-1.4 puntos porcentuales), seguido por Alemania (-0.9 puntos), España (-0.8 puntos), Italia (-0.7) o Francia (-0.6).
La inflación como prioridad de combate
El FMI sostuvo que controlar la inflación debería ser prioridad para los líderes mundiales. En su análisis remarcó que una política monetaria más estricta inevitablemente tendrá costos económicos, pero advirtió que la demora solo los exacerbará.
“En 2023 se espera que la política monetaria antiinflacionaria haga efecto con un crecimiento de la producción mundial de solo un 2.9%. La inflación podría ser más difícil de reducir de lo previsto si los mercados laborales son más estrictos de lo esperado o las expectativas de inflación se desanclan.”
Además, señaló que el apoyo fiscal puede ayudar a amortiguar el impacto en los sectores más vulnerables. Al mismo tiempo, alertó que los presupuestos gubernamentales extendidos por la pandemia y la necesidad de una postura macroeconómica antiinflacionaria podrían compensarse con el aumento de impuestos o la reducción del gasto público.
A raíz del aumento de los precios de los alimentos y la energía, las proyecciones para el índice de inflación se posicionaron al alza. De hecho, el reporte pronosticó un índice de 6.6% anual en las economías avanzadas y de 9.5% en los mercados emergentes y países en desarrollo.
Se trata de revisiones al alza de 0.9 y 0.8 puntos, respectivamente. El informe no menciona el caso específico de la Argentina, donde se espera que la inflación de este año se ubique cerca al 80%.
El trabajo también menciona que condiciones financieras globales más rígidas podrían inducir problemas de deuda en las economías emergentes y en desarrollo. Asimismo advierte que nuevos brotes de covid-19 y una mayor escalada de la crisis que golpea al sector inmobiliario chino podrían desacelerar aún más el crecimiento del gigante asiático.
Por último, aseguró que “las políticas para abordar impactos específicos en los precios de la energía y los alimentos deben centrarse en los más afectados sin distorsionar los precios. Y a medida que continúa la pandemia, las tasas de vacunación deben aumentar para protegerse contra futuras variantes. Finalmente, mitigar el cambio climático continúa requiriendo una acción multilateral urgente para limitar las emisiones y aumentar las inversiones para acelerar la transición verde”.
Crecimiento y producción, según el FMI
El FMI señaló que la producción mundial se contrajo en el segundo trimestre de este año debido a las recesiones en China y Rusia. Puntualizó, además, que el gasto de los consumidores de Estados Unidos superó las expectativas.
En ese sentido, dijo que la economía mundial sufrió fuertes conmociones. Hizo mención a una “inflación superior a la esperada”, en especial en Estados Unidos y las principales economía europeas. Eso, entiende el organismo, desencadenó condiciones financieras más estrictas, la desaceleración del crecimiento chino y otros efectos secundarios negativos de la guerra en Ucrania.
Unos pocos se salvaron. El organismo subió sus previsiones de crecimiento económico para Brasil y México en 2022.
La estimación para México aumentó alentada por una sólida actividad en los primeros meses del año. El reporte proyectó un crecimiento económico de un 2.4% en 2022, un alza de 0.4 puntos porcentuales respecto de abril.
Para Brasil la estimación es de 1.7%, es decir un aumento de 0.9 puntos porcentuales en comparación con los pronósticos de abril.
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