El desarrollo de Drex, la moneda digital del banco central brasileño (CBDC), atraviesa su momento más delicado desde que comenzó su fase piloto.
Aunque fue presentado como una infraestructura financiera descentralizada y moderna, capaz de agilizar pagos y digitalizar activos, hoy enfrenta una combinación de obstáculos técnicos, dudas institucionales y una notable pérdida de impulso por parte de socios clave.
Drex enfrenta su mayor crisis: desafíos de privacidad y reducción del apoyo institucional
El proyecto se ha topado con una traba fundamental: la privacidad. La paradoja es evidente. Mientras el Banco Central exige que las transacciones realizadas en la red Drex sean privadas para los usuarios.
Ello también demanda un nivel de trazabilidad suficiente para que los reguladores puedan monitorear operaciones sospechosas. Hasta ahora, ninguna de las soluciones propuestas ha logrado cumplir con este doble estándar.
Esto ha llevado a empresas como Microsoft y EY —dos de las principales involucradas en el desarrollo de las soluciones de privacidad del piloto— a reducir su personal asignado al proyecto. EY lideraba el desarrollo de Starlight, un sistema de privacidad que perdió recientemente a tres miembros clave de su equipo. Microsoft, por su parte, había apostado fuerte por ZKP Nova.
La misma es una solución basada en pruebas de conocimiento cero (ZKP), pero también decidió reducir su implicación directa. Aun así, ZKP Nova continuará siendo testeada por Hamsa, un socio estratégico de Microsoft.
El desencanto de estas empresas se vincula directamente con el cierre de la segunda fase del piloto, en la cual el Banco Central no aprobó ninguna de las propuestas presentadas.
Desde entonces, la autoridad monetaria no ha emitido comunicaciones públicas claras sobre el futuro del proyecto. El secretario ejecutivo, Rogerio Lucca, apenas se ha limitado a declarar que los equipos técnicos “aún estudian posibles próximos pasos” en función de los resultados de pruebas internas, sin aportar fechas ni detalles.
Privacidad en jaque: Drex pierde respaldo clave mientras crece la presión política
A este clima de incertidumbre técnica se suma un creciente rechazo político. La diputada federal Júlia Zanatta ha lanzado una ofensiva contra el proyecto, alertando sobre sus implicaciones en términos de vigilancia estatal y pérdida de libertades individuales.
En febrero se presentó una Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) que busca obligar al Congreso Nacional a autorizar cualquier intento de emisión de moneda digital estatal. En paralelo, ha iniciado una campaña pública para recabar apoyo popular contra Drex.
El contexto actual marca un freno significativo en el impulso que Drex había ganado en sus primeros meses. Si bien sigue en fase experimental, la falta de avances técnicos concretos, el retroceso de los socios tecnológicos y la oposición política creciente podrían comprometer seriamente su viabilidad a corto plazo.
Para Brasil, que aspiraba a posicionarse como referente regional en el desarrollo de monedas digitales de banco central, la situación representa una alerta. El reto no solo es tecnológico, sino también político y social: lograr un equilibrio entre privacidad, control institucional y confianza ciudadana. De momento, Drex parece suspendido en un limbo, esperando decisiones que definan si el experimento avanza, se transforma o simplemente se desinfla.
Descargo de responsabilidad
Descargo de responsabilidad: en cumplimiento de las pautas de Trust Project, BeInCrypto se compromete a brindar informes imparciales y transparentes. Este artículo de noticias tiene como objetivo proporcionar información precisa y oportuna. Sin embargo, se recomienda a los lectores que verifiquen los hechos de forma independiente y consulten con un profesional antes de tomar cualquier decisión basada en este contenido.
