Las denuncias de corrupción con criptomonedas en Venezuela alcanza una nueva dimensión. Según Transparencia Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro transformó el sistema cripto nacional en una red paralela de desvío de fondos, utilizando el Petro y stablecoins como USDT y USDC para eludir sanciones, blanquear capital y consolidar poder financiero.
El informe detalla una década de manipulación institucional, donde el discurso de “soberanía digital” ocultó una estructura opaca. Este análisis profundiza en los hallazgos del documento y el modo en que la tecnología blockchain fue utilizada para sostener la corrupción estatal.
SponsoredEl Petro y la trama PDVSA–Cripto: del ideal digital al control financiero
La llamada trama PDVSA–Cripto es considerada el mayor escándalo de corrupción digital en América Latina. Entre 2017 y 2025, el régimen utilizó el Petro, su criptomoneda oficial, como fachada para canalizar recursos petroleros fuera del sistema financiero tradicional.
Según el informe, las operaciones sirvieron para realizar ventas ilegales de crudo y mover divisas a cuentas privadas con protección política.
El esquema fue dirigido por el ex vicepresidente Tareck El Aissami y el ex superintendente de criptoactivos Joselit Ramírez, ambos vinculados a redes internacionales de lavado de dinero.
Bajo su gestión, la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) y la Tesorería de Criptoactivos se convirtieron en mecanismos de triangulación institucional. Empresas pantalla, contratos opacos y cuentas no auditadas completaban el circuito.
La ONG destaca que el Petro nunca fue una criptomoneda descentralizada ni transparente: no existía minería libre, la emisión dependía de decretos presidenciales y el ledger estaba controlado por el Ejecutivo.
En la práctica, era una moneda política, útil para eludir restricciones financieras y facilitar intercambios con aliados como Rusia, Irán y Turquía. El colapso del Petro en 2024 marcó el fin de su utilidad pública, pero no de la estructura de corrupción que lo rodeaba.
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Venezuela, stablecoins y la economía cripto paralela
Tras el derrumbe del Petro, el gobierno venezolano adoptó un nuevo modelo: las stablecoins. Empresas con licencias estatales como Kontigo y Crixto Pay comenzaron a mover millones de dólares en transacciones digitales, comprando USDC o USDT a tasa oficial y revendiendo en el mercado paralelo. El resultado fue un circuito de arbitraje y conversión de activos ilícitos en divisas aparentemente legítimas.
Bancos como Bancamiga, Banco Plaza y Banco Activo también fueron señalados por permitir recargas en stablecoins de hasta 100,000 USDC mensuales sin trazabilidad.
SponsoredEl esquema recuerda al antiguo “dólar preferencial”, pero potenciado con blockchain. Según el informe, este modelo de opacidad tecnológica permitió mantener la estructura de privilegios del gobierno bajo una apariencia moderna.
Paralelamente, el gobierno comenzó a pagar contratistas estatales en stablecoins, desplazando al bolívar y consolidando una dolarización cripto.
The New York Times reportó que, para contener presiones inflacionarias, el equipo económico de Maduro canalizó ingresos petroleros a través de exchanges locales autorizados, mientras perseguía el mercado negro del dólar.
Esta paradoja convirtió al Estado en su propio contrabandista digital: reprimía la economía informal mientras la alimentaba con operaciones cripto oficiales.
Hoy, más de la mitad de las divisas que ingresan legalmente a Venezuela provienen de criptomonedas. Aunque el gobierno las presenta como un mecanismo de modernización, expertos señalan que esta estrategia incrementa la inflación, reduce la transparencia y refuerza el control político sobre la economía.
Sponsored SponsoredDe la utopía del Petro a la adopción de stablecoins, la tecnología no cambió el sistema, solo lo volvió más difícil de rastrear. El discurso de “soberanía digital” se transformó en una pantalla para un aparato financiero paralelo.
Para la comunidad internacional, el caso venezolano es una advertencia. La adopción estatal de criptomonedas sin controles reales no moderniza una economía: la somete. Sin transparencia, auditorías ni independencia institucional, la blockchain puede ser el mejor disfraz del autoritarismo financiero.
En resumen
Según un informe reciente, régimen venezolano usó el Petro y stablecoins como mecanismos de evasión y lavado. Bancos y empresas con licencias estatales participaron en el esquema. Las criptomonedas sostienen hoy la economía paralela del chavismo. Transparencia Venezuela exige auditorías y control internacional urgente.
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