El nuevo vendaval económico es apenas un capítulo más en la vasta historia que Argentina tiene con procesos similares. La situación más reciente es la renuncia del ahora exministro de Economía Martín Guzmán. A ese panorama de fragilidad política, se agrega que la sucesora de Guzmán, Silvina Batakis, duró apenas 24 días en el cargo. Antes de dimitir, Guzmán tomó una medida que trajo más problemas que soluciones: trabar las importaciones en procura de evitar una mayor pérdida de reservas.
El pupilo del premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz comenzó con el pie derecho. Después de arduas negociaciones, Guzmán alcanzó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para anotarse un gran triunfo a los ojos del sector interno que lo miraba con desconfianza.
Esa parte del Gobierno siempre entendió que Guzmán atendía más las inquietudes del mercado que las reclamadas por las clases populares.
Fue precisamente ese sector el que comenzó a discutir la “autonomía” de Guzmán y a ponerle condiciones. Hubo un claro pedido en torno a aumentos de tarifas menores al 10% y que los salarios comenzaran a ganarle a la inflación. Ese fue el comienzo del fin para el ahora exministro de Economía quién presentó su renuncia por Twitter el 2 de julio pasado.
La debilitada confianza de la gestión Fernández sufrió un impacto cuyas consecuencias perduran al día de hoy. El valor del dólar blue pasó de los 240 pesos argentinos a los 350 (al momento de esta redacción cotiza en 324) en apenas semanas. Los primeros movimientos de la nueva Ministra, Silvina Batakis, fueron en un sentido parecido al de su antecesor en el cargo.
Endurecimiento del cepo, avanzar hacia un desdoblamiento cambiario y prohibir nuevas contrataciones estatales. Un detalle no menor y que sí marcó una diferencia, fue comenzar a liberar las importaciones. Sí, desarmar lo resuelto apenas dos semanas antes por el mismo Gobierno.
Acercamiento con el FMI
En un momento crítico para la economía argentina, la directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y la ministra de Economía, Silvina Batakis, tuvieron un primer cara a cara a solas que duró 20 minutos en Washington.
La reunión sirvió para repasar la coyuntura del país y comenzar a delinear el futuro del programa económico de la Argentina, vapuleado y en el limbo ante la escapada del dólar y los debates para definir nuevas medidas en el Gobierno.
El acuerdo con el FMI está al límite. La primera revisión se superó con una dosis de trucos contables, y economistas, inversores y empresarios esperan ahora que el acuerdo sea enmendado antes de la próxima revisión trimestral, prevista para septiembre.
Antes del último azote de los mercados, que llevó a los dólares paralelos arriba de los 300 pesos y amplió la brecha con el dólar oficial, el Fondo ya había dicho que el Gobierno debía hacer un ajuste real interanual del gasto público.
Lo estipuló casi en el 8% en el segundo semestre para llegar a la meta fiscal que pautó un déficit fiscal primario del 2,5% del producto bruto interno para todo el año. El Gobierno ha dejado trascender que el déficit, hoy, está arriba del 4% anual.
La otra gran problemática pasa por la inflación. Luego del 5,3% relevado en junio y con los hechos acaecidos en julio, se espera que el panorama empeore. Según informó el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Di Tella, la expectativa se disparó a 62,5%. Se trata del valor más alto proyectado para Argentina desde que se elabora el índice, allá por 2006.
El encuentro con el FMI fue el último capítulo en la brevísima carrera de Batakis como titular de Hacienda. La reubicaron en el Banco Nación y su cartera fue tomada por Sergio Massa. El hombre fuerte del peronismo estará a cargo de un nuevo superministerio que unificará el de Economía, Producción y Agricultura, Ganadería y Pesca. Se incluirán, además, las relaciones con los organismos internacionales, bilaterales y multilaterales de crédito, según informaron de manera oficial.
El impacto de las criptomonedas en Argentina
Si lo niveles previos de adopción a esta crisis eran altos, ahora crecieron más. Para muchos ahorristas, los dólares digitales son una alternativa de fácil acceso para reducir el impacto de la inflación. En ese contexto, las stablecoins vienen siendo la opción más demandada para quienes optan por refugiarse en un activo con paridad con la divisa norteamericana, como los son DAI, USDT o USDC.
Pero ¿por qué stablecoins y no dólares? Para cualquier argentino la respuesta es sencilla. La escasez de divisas hace que el Gobierno prohíba a buena parte de la población comprar legalmente dólares. Ante esta situación, la primera opción para protegerse son, indefectiblemente, las criptomonedas.
En cambio, los que ya tienen experiencia operando en este ecosistema, pueden optar por Bitcoin (BTC) y las altcoins volátiles, por sus precios a la baja y como apuesta a que en el futuro recuperen los valores del año pasado. En este caso, los especialistas recomiendan no destinar más del 5% del capital.
Otro modo es invertir los criptoactivos para generar ganancia de forma pasiva. En algunos exchanges se pueden poner en movimiento las criptomonedas a una tasa de interés de 9% anual. Esta herramienta de inversión funciona parecida a un plazo fijo, aunque no hay periodo de bloqueo, las personas pueden usar sus criptomonedas en cualquier momento.
Pasando el limpio, hay distintos caminos para buscar ganarle a la inflación.
- Trading: Esta práctica consiste en vender y comprar criptomonedas dentro del mercado dependiendo del valor de las mismas. Se compra barato y se vende caro.
- Staking: La práctica consiste en bloquear X número de criptomonedas y recibir un retorno mensual a cambio de proveer liquidez al intercambio.
- Holding: Esta práctica consiste en comprar una criptomoneda y mantenerla en el patrimonio hasta que el valor tenga una subida notable y poder venderla.
Cabe destacar otra herramienta que ganó popularidad: los Juegos Play To Earn. Son mecanismos que suelen brindarle al jugador la posibilidad de ganar token o criptomonedas. Las obtienen a través de distintos desafíos y niveles de complejidad.
Por último, el Launchpad. Es una nueva forma de inversión para los inversores y el usuario común, dependiendo del proyecto podrán invertir y comprar tokens que representarán X cantidad de dominio dentro del proyecto. El Launchpad ha comenzado a posicionarse como una de las nuevas formas de obtener buenos ingresos en inversiones cripto.
Con una u otra posibilidad, es innegable que las criptomonedas se abrieron paso como un refugio frente a la inflación. Desde quienes meramente se protegen a aquellos que buscan apostar por un rendimiento. A la espera de una potencial ley regulatoria, las cripto llegaron para quedarse.
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