En el momento que sea, Bull o Bear Markets, siempre se puede hacer inversiones que dupliquen, multipliquen o simplemente sirvan como refugio para que nuestros activos no pierdan valor o, al menos, que pierdan poco. No hay garantías pero con orden las posibilidades de sostener y ganar valor crecen.
Como diría un moderno de las finanzas, en el mundo de las inversiones “no existe la seguridad” pero si existen caminos para superar las tormentas que nos propone el mundo real.
Mientras tanto, la clave fundamental estará en comprender y confiar que a través del orden es posible encontrar una y otra vez aquello que algunos le atribuyen simplemente a la fortuna.
El Santo Grial de las inversiones es descubrir una joya desconocida y obtener una rentabilidad 100 veces superior a la del resto del mundo por su uso único. Claro, en criptomonedas también pero, lamentablemente, eso es tan probable para los inversores inexpertos como ganar la lotería.
La clave para una inversión eficaz es establecer expectativas realistas y emplear un marco claro para guiar la toma de decisiones de manera correcta. En un mercado como el de las criptomonedas -para muchos poco conocido-, no es fácil pero con un poco de orden las probabilidades de lograrlo sin duda van a aumentar de manera considerable.
Una vez que tenemos claro que el orden no solo nos ayudará a lograr nuestro objetivo sino además, nos permitirá el ahorro de esfuerzo y energía.
Toma de decisiones estructurada
El mayor reto de la inversión en proyectos de criptomonedas es la gran cantidad de monedas ya existentes, más nuevas monedas y una inmensidad de protocolos en los que se podría justificar la inversión de su dinero.
Es muy claro, la Internet atesora una cantidad de información infinita pero la información valiosa suele estar enterrada bajo una montaña de datos sin ningún valor. Por todo eso, es lógico hacerse la primera pregunta: ¿Cómo superar este enorme escollo?
Hay dos enfoques generales para separar la señal del ruido:
- Hacer tu propia investigación
- Confiar en la investigación de otros
Hacer tu propia investigación (DYOR o do your own research) es un mantra fundamental del universo de las criptomonedas y, además, la única forma genuina de justificar el riesgo del dinero que tanto nos cuesta ganar.
Aunque la mayoría de la gente puede asentir pero la realidad indica que son muy pocos los que saben por dónde empezar. Adquirir conocimientos no es sólo una tarea ardua, que requiere interminables horas de lectura y escucha, sino un objetivo en movimiento, con nuevas tecnologías y conceptos que surgen y se cuestionan constantemente.
La alternativa tentadora es subcontratar todo este asunto del DYOR a “los que saben”, a los que en las redes sociales explican mejor o saben vender mejor algunas ideas pero –hay que tener cuidado- subirse a los hombros de estos grandes comunicadores también está lleno de riesgos.
De acuerdo al filósofo Inglés, el franciscano tomista William de Ockham, en su principio conocido como la Navaja de Ockham, no es necesario multiplicar las explicaciones sin necesidad y nos llama a desconfiar de todo y todos pero, afortunadamente, se puede llegar a un compromiso entre el reto poco realista de volver a formarse como un quant, es decir, un experto financiero, en tu tiempo libre y asumir riesgos masivos en monedas de baja calidad.
Claro está, esto depende de tres aspectos.
Establezca una expectativa realista
Si quieres obtener ganancias extraordinarias es muy probable que todo termine en una decepción.
Una expectativa realista significa que podemos dejar pasar el airdrop o la primera venta pública sin sentirnos decepcionados con nosotros mismos.
Es importante tener en cuenta que los bancos minoristas ofrecen menos de un 0,5% de interés y la realidad que obtener un 10% de rendimiento anual es realmente un gran rendimiento que no solo puedo ponernos por delante de muchos sino, además, duplicar tu dinero. Sin duda, una gran victoria.
Concéntrate en las cosas que entiendes
El inversor multimillonario Warren Buffet no es un fanático de las criptomonedas -hace poco declaró que no pagaría ni 25 dólares por toda la oferta de Bitcoin- pero no se le conoce como “el Sabio de Omaha” así porque sí.
Una de sus reglas de oro es invertir sólo en cosas que uno entiende. Suena simple pero este es un muy buen consejo cuando se trata de criptomonedas.
Si el caso es: “no entiendo nada de cripto”, la mejor recomendación es comenzar con algunos ejercicios bien generales para la adopción. Un buen ejemplo, comenzar con el “Caso alcista para Bitcoin” de Vijay Boyapati.
Con suerte, esto te haga ver la luz y empieces a hacer conexiones con cosas con las que estás familiarizado y con las que el mundo cripto esta cada vez más conectado como los juegos, los pagos, servicios financieros, coleccionables, propiedad, arte y otros temas habituales.
Establezca un marco para la toma de decisiones
Si te centras en proyectos que entiendes, finalmente podrás filtrar el ruido, reduciendo la cantidad de información que hay que absorber. Este enfoque ayudará a ir en la dirección correcta más allá que seguiremos necesitando un marco lógico que nos guíe en la toma de decisiones. Ese marco debe tener en cuenta dos categorías de información: la cuantitativa y la cualitativa.
Información cuantitativa y cualitativa
Aunque estas dos palabras pueden sonar un poco intimidantes, su significado es bastante intuitivo. La información cuantitativa es objetivamente medible, por lo que hablamos de decisiones basadas en números. La información cualitativa es subjetiva, por lo que se trata de tomar decisiones basadas en las cualidades que pueda tener un proyecto.
Una vez identificados, podemos elaborar una lista de los tipos de categorías que hay que incluir en un marco bajo “las dos C”. Los factores cuantitativos pueden clasificarse naturalmente pero para los cuantitativos habrá que utilizar un sistema de clasificación.
Los factores cualitativos son más aplicables a los nuevos proyectos, porque no hay datos del mundo real que medir, mientras que la evaluación cuantitativa es más pertinente una vez que el proyecto está en marcha y proporciona datos reales que pueden contrastarse con la competencia y las expectativas, como trataremos en la segunda parte sobre este tema.
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