A partir del 1 de septiembre de 2023, los usuarios de criptomonedas en el Reino Unido entran en una nueva era de escrutinio regulatorio. La Autoridad de Conducta Financiera (FCA) ha implementado su “Regla de viaje”, una regulación que otorga a los exchanges de criptomonedas la autoridad para congelar o confiscar los fondos de los clientes por no verificar suficientemente su fuente.
Lo que está en juego aquí es una cuestión fundamental sobre el equilibrio entre la libertad personal y la seguridad colectiva en la era digital.
Exchanges de criptomonedas del Reino Unido se enfrentan a la “Regla de Viaje”
La “Regla de Viaje” (Travel Rule, en inglés) obliga a las empresas de criptoactivos del Reino Unido a recopilar, verificar y compartir información sobre las transferencias de criptomonedas.
Si bien la FCA defiende esta regulación como una herramienta para la protección del consumidor y una mejora de la competitividad de los criptoactivos del Reino Unido, los críticos advierten que proporciona una vía para que los exchanges de criptomonedas confisquen activos digitales bajo un barniz de legitimidad regulatoria.
Según la FCA:
“En consonancia con nuestros objetivos de competitividad y protección del consumidor, Travel Rule es una de las formas en que estamos elevando los estándares en el sector de los criptoactivos”.
Cabe destacar que el Reino Unido no está aislado en esta empresa. Muchos países, incluidos Estados Unidos, Alemania, Japón y Singapur, han implementado regulaciones similares.
La Regla de Viaje tiene sus orígenes en la Red de Ejecución de Delitos Financieros de Estados Unidos (FinCEN) en 1996. En 2019, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) también amplió su alcance para abarcar los “activos virtuales” y sus proveedores de servicios.
Revolut, el banco tecnológico, sirve como un caso de estudio del mundo real. El banco envió rápidamente correos electrónicos a sus usuarios detallando la necesidad de proporcionar detalles del beneficiario para cualquier transferencia saliente.
Sin embargo, lo que no se dijo podría tener aún más consecuencias. Esto también abre la puerta a una posible congelación de los pagos entrantes si las jurisdicciones de origen no cumplen con normas similares. La omisión pronto podría surgir como un punto de discordia entre su base de usuarios.
Los críticos denuncian extralimitación
Los críticos argumentan que la Travel Rule infringe el espíritu fundamental de las monedas digitales: la autonomía financiera libre de supervisión gubernamental.
La FCA y sus homólogos globales sostienen que estas reglas son indispensables para las iniciativas contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. Sin embargo, muchos en la comunidad cripto las ven como la antítesis de la esencia de lo que representan las monedas digitales.
El camino más directo para los interesados es recurrir a monederos autocustodia. Encapsulada en la frase “Ni tus llaves, ni tus monedas”, la autocustodia permite a los usuarios un entorno en el que mantienen un control total sobre sus activos.
A medida que el mercado de las criptomonedas se fusione cada vez más con las finanzas tradicionales, la atención regulatoria será cada vez más intensa.
Si bien la Regla de Viajes y regulaciones similares pueden reforzar al sector contra las irregularidades financieras, también plantea desafíos importantes para los ciudadanos respetuosos de la ley.
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