Los sandboxes regulatorios han surgido como un concepto para impulsar la innovación en un entorno controlado. Permiten a las empresas probar nuevos productos y servicios cripto mientras los reguladores observan y adaptan las regulaciones. Mientras que jurisdicciones como el Reino Unido, los Emiratos Árabes Unidos y Singapur ya han creado sandboxes, Estados Unidos aún no ha creado uno a nivel federal.
BeInCrypto habló con representantes de OilXCoin y Asset Token Ventures LLC para entender qué necesita Estados Unidos para construir un sandbox regulatorio federal y cómo puede unificar un entorno de pruebas fragmentado para los innovadores.
Un enfoque de retazos
Como sugiere el nombre, los sandboxes regulatorios han surgido como una herramienta para proporcionar un terreno de pruebas controlado. Este entorno permite a emprendedores, empresas, líderes de la industria y legisladores interactuar con productos nuevos e innovadores.
Según el Institute for Reforming Government, 14 estados en Estados Unidos actualmente tienen sandboxes regulatorios para la innovación FinTech. De esos, 11 son específicos de la industria y cubren otros sectores como inteligencia artificial (IA), bienes raíces, seguros, cuidado infantil, atención médica y educación.
Utah, Arizona y Kentucky son las únicas jurisdicciones entre estos estados con un sandbox inclusivo. Mientras tanto, todos menos 12 estados están considerando legislación para crear algún sandbox regulatorio para la innovación.
Debido a su existencia relativamente corta, el mercado cripto tiene una legislación subdesarrollada. Mientras que los sandboxes a nivel estatal permiten a los innovadores demostrar las capacidades de sus productos al público, están limitados por la falta de sandboxes regulatorios federales.
La necesidad de supervisión federal
Aunque los esfuerzos a nivel estatal para crear sandboxes regulatorios son vitales para la innovación, los emprendedores y las empresas aún enfrentan limitaciones para desarrollarse a través de fronteras o alcanzar una audiencia a nivel nacional:
“Los sandboxes regulatorios existentes a nivel estatal en EEUU han proporcionado cierto espacio para la innovación, pero siguen siendo limitados en alcance e impacto. Operar a nivel estatal significa que carecen de la escala y consistencia necesarias para proporcionar claridad regulatoria significativa para las empresas que operan en múltiples jurisdicciones”, dijo Dave Rademacher, cofundador de OilXCoin, a BeInCrypto.
Los rápidos avances en campos como el blockchain y la IA añaden una capa particular de incertidumbre, dado que los marcos legales existentes pueden no estar bien adaptados a estas tecnologías:
“Dado que las tecnologías cripto y blockchain funcionan inherentemente a escala global, un entorno regulatorio fragmentado dificulta el cumplimiento y crea incertidumbre tanto para las startups como para los inversores institucionales”, agregó Rademacher.
Al mismo tiempo, los reguladores pueden enfrentar dificultades para desarrollar reglas apropiadas para estas tecnologías debido a una posible falta de familiaridad con estas industrias en constante cambio. Como resultado, los participantes de la industria están pidiendo cada vez más la creación de un sandbox regulatorio federal.
Este entorno podría ser un marco colaborativo para abordar la brecha, facilitando la comunicación y el intercambio de conocimientos entre reguladores y partes interesadas de la industria:
“La implementación de un sandbox regulatorio federal en Estados Unidos tiene el potencial de mejorar significativamente tanto la innovación como la supervisión regulatoria al reducir las incertidumbres a menudo asociadas con navegar el panorama regulatorio a través de las fronteras estatales. Tal iniciativa podría ayudar a establecer un marco coherente caracterizado por uniformidad, continuidad y un entorno propicio para la innovación”, dijo Paul Talbert, Director General de ATV Fund.
Según Rademacher y Talbert, esta propuesta satisfaría las necesidades de todos los actores involucrados.
Beneficios de un sandbox regulatorio federal
Un sandbox proporciona a los innovadores un entorno controlado para probar productos bajo supervisión regulatoria sin la carga inmediata de cumplir completamente con reglas que aún pueden no ajustarse a su tecnología.
También permite a los reguladores adquirir conocimientos de primera mano sobre aplicaciones de blockchain, facilitando la creación de políticas regulatorias más informadas y flexibles:
“Las startups deben tener criterios de elegibilidad claros para determinar su calificación para participar, mientras que los reguladores deben delinear objetivos específicos, ya sea enfocados en refinar marcos de clasificación de tokens, probar aplicaciones DeFi o mejorar procesos de cumplimiento”, dijo Rademacher.
También podría ayudar a Estados Unidos a reforzar su posición como líder en innovación tecnológica:
“Al fomentar la innovación a través de la simplicidad, la certeza regulatoria y entornos propicios, Estados Unidos puede fortalecer significativamente su posición competitiva en el panorama global de FinTech”, agregó Talbert.
Mientras que Estados Unidos se ha estancado en la creación de un marco federal para la innovación FinTech, otras jurisdicciones en todo el mundo ya han ganado terreno significativo en este sentido.
Precedentes globales
La Autoridad de Conducta Financiera (FCA), que regula los servicios financieros del Reino Unido, lanzó el primer sandbox regulatorio en 2014 como parte del Proyecto Innovate. Esta iniciativa tenía como objetivo proporcionar un entorno controlado para probar productos innovadores.
El gobierno pidió a la FCA que estableciera un proceso regulatorio para promover los servicios financieros basados en tecnología y FinTech y garantizar la protección del consumidor. Siguiendo el ejemplo del Reino Unido, Abu Dhabi, Dinamarca, Canadá, Hong Kong y Singapur también establecieron sandboxes regulatorios.
Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Singapur, en particular, han hecho avances progresivos en la creación de sandboxes regulatorios federales. Los EAU, por ejemplo, actualmente tienen cuatro sandboxes diferentes: el Mercado Global de Abu Dhabi (ADGM) Regulation Lab, el DSFA Sandbox, el CBUAE FinTech Sandbox y el DFF Regulation Lab.
Sus áreas de enfoque incluyen la banca digital, blockchain, sistemas de pago, IA y transporte autónomo. Mientras tanto, la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS) lanzó su Sandbox Regulatorio de Fintech en 2016.
Tres años después, MAS también lanzó el Sandbox Express, proporcionando a las empresas una opción más rápida para probar en el mercado ciertas actividades de bajo riesgo en entornos predefinidos:
“El éxito de los sandboxes regulatorios en jurisdicciones como el Reino Unido, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos ha destacado la importancia de atributos clave: colaboración regulatoria, procesos transparentes, monitoreo continuo y la asignación de recursos dedicados. Como resultado, un número creciente de jurisdicciones en todo el mundo busca replicar los marcos establecidos por estos países pioneros para fortalecer su posición competitiva en el panorama global de FinTech”, dijo Talbert.
Rademacher cree que las innovaciones de estas jurisdicciones deberían impulsar a Estados Unidos a acelerar su progreso.
“En lugar de centrarse en mantener una ventaja competitiva, la prioridad debería ser recuperar el terreno perdido. Estados Unidos se ha quedado atrás de jurisdicciones como los EAU y Singapur, que han implementado caminos regulatorios claros que atraen capital y talento. Un sandbox federal sería un paso crítico para restaurar el liderazgo del país en innovación financiera”, dijo.
Para que eso suceda, Estados Unidos debe superar ciertos obstáculos.
Desafíos de un panorama regulatorio en EEUU
Una red fragmentada de agencias federales y estatales que supervisan los servicios financieros presenta un desafío clave para establecer un sandbox regulatorio federal en Estados Unidos:
“A diferencia de otros países con una única autoridad financiera que supervisa el mercado, EEUU tiene múltiples agencias, incluyendo la SEC, la CFTC y reguladores bancarios, cada una con diferentes perspectivas sobre cómo deben clasificarse y regularse los activos digitales. La falta de coordinación entre agencias hace que implementar un sandbox unificado sea más complejo que en jurisdicciones con un solo organismo regulador”, dijo Rademacher a BeInCrypto.
Sin embargo, en los últimos años, actores importantes de la SEC y la CFTC han expresado interés en adoptar un enfoque regulatorio más favorable a la innovación. En septiembre de 2023, cuando Caroline Pham aún era Comisionada de la CFTC, propuso lanzar sandboxes regulatorios o programas piloto para mantenerse a la vanguardia de la curva de innovación.
La comisionada de la SEC Hester Peirce ha hecho declaraciones similares en el pasado:
“Aunque tiendo a ser más de playa que de sandbox como reguladora, los sandboxes han demostrado ser efectivos para facilitar la innovación en sectores altamente regulados. La experiencia en el Reino Unido y en otros lugares ha demostrado que los sandboxes pueden ayudar a los innovadores a probar sus innovaciones en condiciones del mundo real. Un sandbox puede proporcionar un camino viable para que las empresas más pequeñas y disruptivas ingresen a mercados altamente regulados para competir con empresas más grandes y establecidas”, dijo Peirce en una declaración el pasado mayo.
Sin embargo, el alcance completo de las regulaciones nacionales excede con creces la autoridad de estas dos entidades.
Obstáculos del Congreso y constitucionales
Cualquier medida legislativa para desarrollar un marco regulatorio federal para sandboxes en Estados Unidos tendría que someterse a la aprobación del Congreso. Talbert destacó varios posibles dilemas constitucionales que la promoción de una iniciativa de esta naturaleza podría enfrentar:
“Estos dilemas incluyen cuestiones relacionadas con la doctrina de no delegación, que plantea preocupaciones sobre la constitucionalidad de delegar el poder legislativo; consideraciones de igualdad de protección bajo la Cláusula de Debido Proceso de la Quinta Enmienda; desafíos que surgen de la Cláusula de Supremacía; e implicaciones bajo la Ley de Procedimiento Administrativo (APA) y principios de revisión judicial,” dijo.
Para abordar estas complejidades, el Congreso debe promulgar límites legales claros que aseguren que un marco regulatorio sea tanto predecible como abierto. Dada la actual administración y su énfasis en la innovación tecnológica, las perspectivas para crear un sandbox parecen positivas:
“Dada la composición actual del Congreso, que se alinea con la orientación política de la nueva rama ejecutiva, podría haber una oportunidad oportuna para la reforma regulatoria. Tal reforma podría facilitar la creación de un marco regulatorio federal cohesivo y mejorar la colaboración entre agencias federales,” Talbert dijo a BeInCrypto.
Sin embargo, crear un sandbox regulatorio federal no es una solución única para todos.
Equilibrando la autonomía estatal y las regulaciones
La autonomía estatal está consagrada en la Constitución de Estados Unidos. Esta protección significa que, aunque pueda existir un sandbox regulatorio a nivel nacional, los estados individuales aún tienen la autoridad para restringir o prohibir sandboxes dentro de sus jurisdicciones.
De manera alentadora, la mayoría de los estados de Estados Unidos ya están explorando sandboxes regulatorios, y los estados que ya los han implementado representan diversos puntos de vista políticos:
“A pesar de estos obstáculos, es notable que el establecimiento de sandboxes regulatorios estatales ha trascendido históricamente la política partidista, con representantes de ambos partidos políticos principales reconociendo las ventajas económicas de instituir marcos regulatorios que aumenten las posiciones competitivas de sus estados,” dijo Talbert.
Sin embargo, también deben abordarse otras consideraciones más allá de la resistencia política:
“Un sandbox regulatorio federal también podría enfrentar oposición de instituciones financieras establecidas, incluidas los bancos, que podrían percibir amenazas potenciales a sus modelos de negocio existentes. Además, las restricciones presupuestarias federales podrían impedir la capacidad del gobierno para apoyar el desarrollo y mantenimiento de un marco regulatorio federal,” agregó Talbert.
Las regulaciones federales efectivas también requerirán un equilibrio entre las preocupaciones de las empresas y las responsabilidades de los reguladores:
“Los dos mayores riesgos son la sobrerregulación—imponer restricciones excesivas que socaven el propósito del sandbox—o la subregulación, no proporcionar claridad significativa. Si las reglas son demasiado restrictivas, las empresas pueden evitar participar, limitando la efectividad del sandbox. Si son demasiado laxas, existe el riesgo de abuso o arbitraje regulatorio. Un sandbox regulatorio federal bien ejecutado no debería convertirse en una carga burocrática, sino en un marco dinámico que fomente el crecimiento responsable en el espacio de activos digitales,” Rademacher dijo a BeInCrypto.
En última instancia, el mejor enfoque requerirá coordinación de diferentes cuerpos de gobierno, partes interesadas de la industria y colaboración bipartidista.
Fomentar la colaboración para un sandbox exitoso
Debido a la reciente comunicación tensa entre las agencias tecnológicas y federales, Rademacher cree que fomentar un ambiente cooperativo es esencial para crear un sandbox federal funcional:
“El enfoque debe ser colaborativo en lugar de adversarial. Las agencias deben ver el sandbox como una oportunidad para refinar las regulaciones en tiempo real, trabajando junto a los participantes de la industria para desarrollar políticas que fomenten la innovación responsable. La participación de los reguladores bancarios y el Departamento del Tesoro también podría ser valiosa para asegurar que los activos digitales se integren en el sistema financiero más amplio de manera responsable,” dijo.
Lograr esto requiere un enfoque bipartidista para armonizar los objetivos regulatorios y establecer límites claros. La colaboración de la industria con legisladores y reguladores es vital para mostrar cómo un sandbox puede promover la innovación responsable mientras protege a los consumidores:
“Su éxito dependerá en última instancia de si sirve como un puente entre la innovación y la regulación, en lugar de una capa adicional de complejidad,” concluyó Rademacher.
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