El debate sobre la centralización/descentralización de XRP ha resurgido con fuerza tras las recientes declaraciones del abogado John E. Deaton, uno de los principales defensores de Ripple en su prolongada batalla legal con la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC).
Deaton respondió con firmeza a las críticas que sugieren que XRP es centralizado debido a que Ripple Labs aún posee alrededor del 40 % del suministro total del token.
XRP Ledger: estructura técnica y legitimidad jurídica
Según Deaton, esta afirmación representa una simplificación excesiva. En sus palabras, la verdadera descentralización no debe medirse solo por la cantidad de tokens en manos de una entidad, sino por factores como la estructura de gobernanza, el funcionamiento técnico de la red y la distribución geográfica y comunitaria del ecosistema.
Como prueba de ello, el abogado pro-Ripple destaca que más de 75,000 holders de XRP de 143 países apoyaron su moción “amicus curiae” contra la SEC, demostrando un respaldo internacional masivo.
“[…] Mucha gente confunde la centralización/concentración de tokens con la descentralización de la red. Por ejemplo, algunos argumentan que XRP no está descentralizado, porque Ripple posee el 40% de los XRP en circulación. Pero 75,000 holders de XRP, de 143 países de todo el mundo, se unieron a mí en la moción para intervenir en el caso de Ripple contra la SEC. 75,000 holders de XRP de 143 países de todo el mundo me parecen bastante descentralizados”, señaló Deaton en X (antes Twitter).
Una de las fortalezas menos comprendidas de XRP es su arquitectura técnica. A diferencia de blockchains como Bitcoin, que depende de minería con alto consumo energético, XRP utiliza un protocolo de consenso basado en validadores.
Actualmente, 179 validadores independientes operan en XRP Ledger, y se requiere un consenso del 80 % para aprobar cualquier cambio en el software o la red. Esto impide que una sola entidad —incluso Ripple— tenga control absoluto sobre el protocolo.
En la práctica, XRP está siendo adoptado para soluciones reales de pagos transfronterizos por instituciones en Asia, Medio Oriente y Europa. Esta adopción global, combinada con su eficiencia técnica, refuerza la visión de Ripple como una “Internet del dinero”.
Actores clave de la industria cripto critican la centralización del token de Ripple
Diversas figuras relevantes del ecosistema cripto han señalado que XRP presenta características de centralización que lo diferencian de Bitcoin. En primer lugar, se cuestiona la participación activa de Ripple Labs y su equipo fundador en el control del token, lo que contrasta con la descentralización que defiende Bitcoin.
Pierre Rochard, de Riot Platforms, señaló previamente que el liderazgo y la fundación detrás de XRP debilitan su identidad como red descentralizada debido a su contundente influencia política y corporativa.
Asimismo, Jack Mallers critica a Ripple por impulsar un token “centralizado y corporativo”, con una estructura que contrasta con el modelo comunitario e independiente que busca Bitcoin.
En la misma línea, Will Foxley, de Blockspace Media, calificó a XRP como “el peor proyecto cripto del momento”, argumentando que no es auditable, ni de código abierto, ni controlado de forma distribuida. Además, Foxley señala que no existe un avance tangible en sus aspiraciones bancarias internacionales, lo que pone en duda su progreso real.
En conjunto, los detractores defienden que, aunque XRP puede ser eficiente para pagos, carece de la auténtica descentralización, transparencia y progreso técnico que caracterizan a proyectos como Bitcoin.
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