El jueves 24 de febrero, los fundadores de BitMEX, Arthur Hayes y Benjamin Delo, se declararon culpables de violar la Ley de Secreto Bancario de Estados Unidos. El Departamento de Justicia calificó a BitMex como “una plataforma de lavado de dinero”.
Como consecuencia de su malversación, cada uno recibió instrucciones de pagar 10 millones de dólares en multas. El fiscal Damian Williams describió la posición del distrito de Nueva York, que dijo que BitMEX violó la Ley de Secretos al “no establecer, implementar y mantener deliberadamente un programa contra el lavado de dinero”:
“Las oportunidades y ventajas de operar en los Estados Unidos son innumerables, pero conllevan la obligación de que esas empresas hagan su parte para ayudar a eliminar el crimen y la corrupción”, dijo Williams:
“Arthur Hayes y Benjamin Delo construyeron una empresa diseñada para burlar esas obligaciones; deliberadamente no implementaron ni mantuvieron ni siquiera las políticas básicas contra el lavado de dinero. Permitieron que BitMEX operara como una plataforma a la sombra de los mercados financieros”.
Posteriormente agregó:
“Las declaraciones de culpabilidad de hoy reflejan el compromiso continuo de esta Oficina con la investigación y el enjuiciamiento del lavado de dinero en el sector de las criptomonedas”.
Las conclusiones del tribunal fueron que “BitMEX era, en efecto, una plataforma de lavado de dinero”.
Los fundadores de BitMEX evitan la cárcel
Hayes y Delo aceptaron que no solo permitían a los clientes de Estados Unidos operar en la plataforma, sino que también se beneficiaban considerablemente de ella.
Entre las muchas violaciones presentadas ante el tribunal se encontraba el caso de una persona que negoció en la plataforma con el consentimiento específico de Delo. Esto es a pesar de que Delo sabía que el individuo residía en los EE. UU.
El tribunal también determinó que Hayes y Delo se dirigieron específicamente a los clientes de Estados Unidos a través del marketing de influencers. Hayes hizo frecuentes apariciones en la televisión estadounidense para exponer aún más a los inversores estadounidenses a la empresa.
Hayes y Delo se declararon culpables de un cargo de violación de la Ley de Secreto Bancario. La pena máxima por el delito es de cinco años de prisión. Sin embargo, habiéndose declarado culpables, los dos hombres evitarán un período de privación de libertad.
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