Dubái ha decidido que este 2023 será el año en que reforzaran sus regulaciones sobre criptomonedas, aplicando nuevas medidas y controles para tener un mercado nacional mucho más regulado y seguro.
Para lograr este propósito, el país árabe ha creado a la Autoridad Reguladora de Activos Virtuales (VARA), órgano gubernamental encargado de controlar al ecosistema cripto en el país. Quien ya ha sacado un reglamento para la emisión de licencias al sector, que establece las normas que las empresas deben cumplir para poder operar en el país.
Ahora bien, este nuevo reglamento también se enfoca en otros aspectos como la privacidad y las operaciones hechas de forma anónima.
En su búsqueda por controlar el lavado de dinero y el desvío de fondos para el crimen, el reglamento del VARA prohíbe en su Parte II, seccional C, el uso de criptomonedas y activos digitales que sirvan para transferir y operar de forma anónima.
Según el reglamento, estos activos son definidos como aquellos “que impide el seguimiento de transacciones o el registro de propiedad a través de libros de contabilidad públicos distribuidos y para el cual (el proveedor de servicios de activos virtuales) no tiene tecnologías o mecanismos de mitigación que permitan el seguimiento o la identificación de la propiedad”.
En contra de la privacidad de las transacciones
Gracias a esto, Zcash y Monero, dos criptomonedas que aumentan la privacidad de las transacciones, no podrán ser utilizadas en el país y sus operaciones estarán vetadas. De ser usados, el usuario podría recibir una multa que podría llegar hasta los 136 mil dólares.
Esta medida deja por fuera, de uno de los países que más está atrayendo inversión, a dos de las criptomonedas más conocidas del sector. Si bien esto no es un problema para las criptos, porque sus operaciones ya han sido criticadas anteriormente, sí es una muestra de a donde se están dirigiendo los esfuerzos de los países a la hora de regularizar su actividad de criptomonedas.
Hay que recordar que esta no es la primera vez que se aplican normas por este estilo. En Japón hay un marco regulatorio bastante estricto, mientras que en Italia y Corea del Sur se está trabajando para mejorar su emisión de licencias. Algo similar sucede en Reino Unido que, en su trabajo por volverse un país que atraiga inversión cripto, ya está desarrollando regulaciones y mecanismos de control para el sector.
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