Luego de la invasión las bolsas de todo el mundo experimentaron caídas. Algunas realmente pronunciadas, como la rusa que cayó 30% y otras no tanto, como el S&P500 que cayó sólo 3% (índice que sigue las 500 empresas más grande de EEUU).
En el caso de Bitcoin, este cayó un 10%, desde los US$ 37.000 a los US$ 34.470, para luego recuperarse hasta donde estamos en este minuto: US$ 39.000.
Primer llamado: Calma
No es primera vez que sucede esto.
Las bolsas son extremadamente sensibles a acontecimientos de este tipo. Cuando las bolsas caen significa que los inversionistas están suponiendo que las empresas generarán menos ingresos en el futuro, y como consecuencia, el valor presente de las acciones cae. Lo mismo con los metales. Lo mismo con las criptomonedas.
Cuando la OMS declaró al Covid-19 como pandemia las bolsas cayeron un 30% en promedio. ¡Bitcoin cayó 50% ese mismo día! Era un mar de sangre, pero lo que vino a continuación era, al menos, inesperado. Desde ese momento el S&P500 ha subido un 85% y Bitcoin un 300%.
Haber vendido en ese momento habría sido una espantosa decisión.
Resulta ser que los mercados generalmente reaccionan en exceso. Los inversionistas no tienen tiempo de dimensionar el impacto real de una noticia, por lo que las evaluaciones son precarias en el mejor de los casos, pero además se suma una urgencia por reaccionar intentando anticiparse a los demás. Esto resulta en que nadie tiene tiempo para pensar. Simplemente reaccionan visceralmente.
Entonces ¿qué podemos esperar?
En el corto plazo Bitcoin sigue siendo más volátil que las bolsas tradicionales. Ante noticias como estas su precio se mueve en la misma dirección y mayor magnitud. Ni malo ni bueno per sé. Un fenómeno esperable dado su todavía inmadurez.
En el largo plazo, por otro lado, tenemos que evaluar qué impacto tiene esto para la tecnología.
¿El protocolo está en riesgo? No.
¿Su utilidad se ha visto alterada? Posiblemente.
¿Qué tienen en común Rusia, Ucrania y Estados Unidos?
Los 3 países han hablado de regular Bitcoin en menos de un mes.
Mientras el Banco Central ruso fue históricamente contrario a las criptomonedas, el Presidente Putin, en un inesperado movimiento, decidió regularlas para que sean legales dentro del país.
Por su parte, Ucrania legalizó completamente las criptomonedas y su compraventa hace menos de un mes.
EEUU, finalmente, decidió hace algunas semanas estudiar en profundidad el impacto de las criptomonedas y el marco tecnológico para implementar una Moneda Digital de Banco Central, o un dólar digital. Todo con el fin de crear una regulación transversal. Recordemos que en EEUU hay empresas de criptomonedas que transan en bolsa y otras que incluso tienen licencia bancaria.
Sin querer queriendo
Nuestro Country Manager de Colombia, Alejandro Beltrán, plantea la siguiente pregunta:
¿Es tan solo una casualidad que, en medio de la tensión y antelación a la guerra, los dos países involucrados hayan creado espacios normativos y a su vez, Estados Unidos se prepare a supervisar y realizar seguimientos? No lo sabemos pero parece improbable. Rusia podría estar viendo el potencial de Bitcoin como medio para transferir valor en un contexto donde occidente lo excluye de la banca internacional. Ucrania podría ver a Bitcoin como un mecanismo descentralizado que le permita a su población interactuar económicamente en caso de que Rusia ataque su sistema financiero. EEUU pareciera no querer quedarse fuera de una tecnología que podría estar siendo adoptada por necesidad.
Hoy, uno de cada 4 norteamericanos tiene algún tipo de exposición a Bitcoin, y parece de perogrullo que el actual dueño del estándar monetario global quiera una porción de este nuevo estándar.
Bitcoin podría ver una adopción estatal empujada por la necesidad de participar de un nuevo orden económico
En un mundo donde la confianza en los ejes políticos, en las instituciones y en la economía es cada vez más tenue, conectarse a un sistema financiero que, por dilema del prisionero, podría terminar siendo el preferido, parece lo que debemos hacer. El costo de hacerlo tarde es demasiado caro.
Bitcoin es un seguro.
Con esto en mente, el largo plazo de Bitcoin parece firme. No lo sabemos, pero es la interpretación que extraemos de lo que vemos.
Descargo de responsabilidad
Descargo de responsabilidad: De conformidad con las pautas de Trust Project, este artículo de opinión presenta la perspectiva del autor y puede no reflejar necesariamente los puntos de vista de BeInCrypto. BeInCrypto sigue comprometido con la transparencia de los informes y la defensa de los más altos estándares periodísticos. Se recomienda a los lectores que verifiquen la información de forma independiente y consulten con un profesional antes de tomar decisiones basadas en este contenido.