Una nueva investigación realizada por el BPI señala que los países deben colaborar y diseñar los CBDC teniendo en cuenta la interoperabilidad.
Según un estudio, realizado de forma conjunta entre el BPI, el G20, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, señala que a medida que los trabajos sobre las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC) cobran fuerza en todo el mundo, los países tienen que trabajar de forma conjunta para que las CBDC mejoren los pagos transfronterizos.
Aunque las iniciativas de CBDC están proliferando –el 86% de los bancos centrales están explorando o desarrollando activamente CBDC, según una encuesta del BPI-, la mayoría de los países no tienen planes de emitir una CBDC a corto plazo. Hasta la fecha, sólo dos países han lanzado CBDCs al por menor: el Sand Dollar en las Bahamas y el DCash en el Caribe Oriental.
La cooperación es la clave
Según el estudio, facilitar los pagos internacionales con los CBDC puede lograrse a través de diferentes grados de integración y cooperación, que van desde la compatibilidad básica con normas comunes hasta el establecimiento de infraestructuras de pago internacionales.
El análisis subraya tanto la necesidad de una colaboración multilateral sobre las consecuencias macrofinancieras como la importancia de la interoperabilidad entre las CBDC.
Camino por recorrer
Hasta la fecha, ninguna jurisdicción importante ha puesto en marcha una CBDC y muchas decisiones de diseño y políticas siguen sin resolverse. Además, la mayoría de las investigaciones sobre CBDC realizadas por los bancos centrales se centran en cuestiones internas.
En este contexto, el informe tiene carácter exploratorio y examina las implicaciones transfronterizas con el supuesto de que las CBDC llegarán a utilizarse de forma generalizada. Señala que lo esencial es seguir explorando las opciones de diseño y sus implicaciones macrofinancieras para lograr los beneficios potenciales para el bienestar público y al mismo tiempo preservar la estabilidad financiera.
Primeros ensayos
Los bancos centrales colaboran cada vez más entre sí y con el sector privado en la exploración de los CDBm como medio para facilitar transacciones transfronterizas más baratas y rápidas, incluidas las remesas.
A principios de esta semana, los bancos centrales de Singapur y Francia anunciaron la finalización con éxito de un experimento de pagos y liquidaciones transfronterizas al por mayor con el apoyo de Onyx de J.P. Morgan, que incluía un CBDC en dólares de Singapur y un CBDC en euros, llevado a cabo mediante una blockchain con permiso y privacidad basada en la tecnología Quorum.
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