El Banco Central de Costa Rica anunció un refuerzo a su política monetaria contractiva mediante un incremento en las tasas de interés, acompañado de un aumento gradual en la tasa de mínima de encaje legal. Esto en vista de las condiciones inflacionarias derivadas del conflicto internacional, y la crisis de materias primas.
La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR), en su sesión del 15 de junio del 2022, acordó por unanimidad aumentar el nivel de la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 150 puntos base para ubicarla en un 5,50% anual. Con esto marca su quinto ajuste consecutivo de dicha tasa, desde diciembre del 2021.
La Junta Directiva declaró reiterar su compromiso con el control de la inflación, por lo que considera necesario continuar con el proceso de incrementos graduales de la TPM, hasta ubicarla, al menos, en una “posición neutral”.
La institución también acordó elevar gradualmente la tasa de encaje mínimo legal para operaciones en moneda nacional. Dicha tasa pasará del 12% a 15% a partir de la segunda quincena de julio del 2022, es decir un incremento significativo del 25% de la misma. Con la aplicación de estos dos instrumentos de política monetaria, la institución busca controlar las presiones inflacionarias de la crisis internacional.
“Con el aumento en el encaje el Banco Central contribuye a evitar que los excesos de liquidez que muestran los intermediarios financieros exacerben las presiones inflacionarias. Disminuir estos excedentes favorece la transmisión de la política monetaria, ya que el BCCR refuerza su poder como oferente de recursos para guiar las tasas de interés en los mercados de dinero y con ello mejorar este mecanismo de transmisión.”
En línea con la mayoría de Bancos Centrales
El Banco Central de Costa Rica busca implementar una política monetaria contractiva mediante dos instrumentos esenciales; las tasas de interés, y el encaje legal. Con esto se busca controlar la inflación, aún a costa de una reducción en el PIB.
Las medidas están inspiradas en acciones ya implementadas por otros Bancos alrededor del mundo, como la Reserva Federal (Fed), el Banco de Inglaterra, y -muy prontamente-el Banco Central Europeo (BCE). A esto se le suman las recomendaciones de los organismos multilaterales.
“En este contexto, una cantidad creciente de bancos centrales, incluso algunos desde el 2021, han ajustado su postura política monetaria, hacia una posición menos expansiva, mediante un proceso de incrementos en su tasa de política monetaria, y la finalización de programas de compra de activos.”
¿Una medida acorde a los tiempos?
De acuerdo al informe de conyuntura económica del BCC, el aumento de la inflación se debe en su mayor parte a la inflación importada. Esta a su vez tiene dos causas principales:
1.La intensificación del alza en los precios internacionales de los granos básicos y los derivados del petróleo a partir de la invasión de Rusia a Ucrania en febrero.
2. Los nuevos casos de Covid-19 en China. De este incremento en los casos se derivó el consecuente confinamiento que acentuó los problemas globales en las cadenas de producción y suministro.
“La presión inflacionaria global, en particular la proveniente de nuestros principales socios comerciales, ha seguido en aumento, influida en buena medida por los mayores precios internacionales de materias primas y la permanencia de las dificultades en las cadenas de distribución global. Lo anterior se intensificó a partir de la invasión de Rusia a Ucrania. Y las (consecuentes) sanciones comerciales y financieras aplicadas a Rusia por Estados Unidos y la Unión Europea.”
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