Un trabajo del Laboratorio de Psicología Experimental de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) es pionero en estudiar los beneficios de la inmersión de pacientes en entornos de tipo virtual con una narrativa terapéutica para mejorar la gestión del dolor.
Las pruebas efectuadas en laboratorio permitieron comprobar que la combinación de esta tecnología con ejercicios de respiración y meditación incrementó un 85% la tolerancia al dolor. Las conclusiones surgieron entre quienes participaron en las pruebas de criopresión (mantener la mano en agua helada).
El principal aspecto radica en que ayuda a la persona a focalizar su atención por fuera de las zonas del cuerpo donde se concentra el proceso del dolor.
La importancia de la realidad virtual
Se trata de una tecnología que simula escenarios reales o de fantasía. Se propósito es generar la sensación de estar “presente” en esos lugares. La idea es colocar a la persona dentro de un ambiente recreado digitalmente que la motive a compenetrarse en la experiencia y le resulte difícil a sus sentidos ignorarla.
En procedimientos médicos dolorosos, se ha demostrado que la RV reduce los niveles de dolor, incomodidad y molestias asociadas a situaciones aversivas, al enfocar “la mente en otro lado”.
Las técnicas tradicionales de relajación, respiración y distracción requieren especialistas con entrenamiento que guíen los ejercicios. Por otro lado, demanda cierta capacidad de concentración e imaginación por parte de quien las practica. La realidad virtual, en cambio, tiene la ventaja de captar fácilmente la atención, sin reclamar demasiado esfuerzo de parte de quienes la utilizan.
Walter Carlos Krainbuhl, investigador del Laboratorio de Psicología Experimental, explica el trabajo.
“Se cree que esta ilusión de presencia sería –al menos en parte–, la responsable de la exitosa reducción de dolor observada en personas que utilizan la realidad virtual. Lo mismo ocurre con la terapia de exposición virtual para las fobias o el trastorno de estrés postraumático. Que una persona postrada en la cama o con un postoperatorio largo pueda irse de dicha situación por un rato, aunque sea 20 minutos diarios, ayuda a su recuperación, alivia el dolor emocional y físico.”
En el campo de la intervención sanitaria, esta tecnología es cada vez más popular: es considerada una herramienta no farmacológica para el manejo del dolor durante procedimientos médicos.
“En el alivio de dolor, trabajamos interviniendo mecanismos atencionales, con la distracción. Se sumerge a la persona en una experiencia que le resulte agradable y gratificante. Interviene mucho su subjetividad, pero hay vivencias placenteras para la mayoría, como estar en una playa.”
Desde 2017, Krainbuhl viene desarrollando una serie de experimentos en este campo. Quienes participan deben introducir su mano en una cubeta con hielo y agua (prueba de criopresión), mientras se encuentran en una experiencia de realidad virtual.
Menos dolor en las cirugías
En la actualidad, los traumatólogos están operando cada vez más las manos debido al incremento de enfermedades por el uso exagerado de dispositivos móviles. Estas cirugías se suelen realizar con anestesia local y se busca la cantidad adecuada para que los pacientes no sientan dolor. No obstante, puedan comunicarse con los cirujanos en caso de ser necesario
Sin embargo, es posible que pronto se agregue la realidad virtual a la ecuación. La suposición aflora de un estudio publicado recientemente por investigadores del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC).
Estos investigadores, cuyos resultados se han presentado en PLOS One, pensaron que esta técnica podría ser útil para reducir la anestesia en la cirugía de las manos.
Para probar esto, incluyeron a 34 adultos que se sometieron a varias operaciones de la mano entre diciembre de 2018 y agosto de 2019. Todos se dividieron en dos grupos, el primero de los cuales recibió solo MAC y el segundo combinó MAC con realidad virtual.
Los pacientes podían elegir cualquier tipo de escenario, todos destinados a la relajación. Tenían lentes y auriculares con cancelación de ruido, por lo que la experiencia fue aún más inmersiva.
Resultados
Todos dijeron que el dolor estaba bajo control y se sentían relajados. Sin embargo, la dosis de anestesia fue menor en los que utilizaron la realidad virtual.
De las 17 personas que usaron realidad virtual, solo cuatro necesitaron una dosis de propofol durante la cirugía. Por el contrario, en el grupo de solo MAC, todos requirieron al menos una dosis.
Además, un dato interesante es que los pacientes que utilizaron la realidad virtual fueron dados de alta de la unidad de cuidados postanestésicos 22 minutos antes.
Por lo tanto, aunque los resultados deberían replicarse con un mayor número de voluntarios, hasta ahora dejan mucho espacio para el optimismo. Es imperativo encontrar nuevas formas de reducir la necesidad de anestesia, y parece que la realidad virtual podría ser una buena opción.
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