SafeMoon US, LLC se ha acogido al Capítulo 7 de la Ley de Bancarrotas ante el Tribunal de Bancarrotas de los Estados Unidos para el Distrito de Utah. Este acontecimiento se produce tras un período tumultuoso para la empresa, caracterizado por desafíos legales e importantes fluctuaciones del mercado.
Al mismo tiempo, el precio del token SFM nativo de SafeMoon ha experimentado un dramático desplome del 54%. De esta forma ha alcanzando un mínimo histórico en las 24 horas posteriores al anuncio de la bancarrota.
La declaración de bancarrota es el clavo en el ataúd de SafeMoon
Este acontecimiento marca una coyuntura crítica en la historia de la empresa, lo que refleja la naturaleza volátil e impredecible del mercado de criptomonedas.
Las dificultades financieras de la empresa se hicieron evidentes en la declaración de bancarrota, revelando unos activos estimados entre 10,000.,001 y 50 millones de dólares. Esto contrasta con los pasivos que oscilaban entre 100,001 y 500,000 dólares.
En general, estas cifras dibujan un panorama sombrío para SafeMoon, que refleja las consecuencias de la mala gestión y los enredos legales.
Para agravar los problemas de la empresa, el mes pasado el gobierno estadounidense presentó cargos por fraude de valores, fraude electrónico y blanqueo de dinero contra los ejecutivos de SafeMoon: Braden John Karony, Kyle Nagy y Thomas Smith.
Según el Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Karony está acusado de desviar y apropiarse indebidamente de millones de las víctimas. Lo calificó de “grave riesgo de fuga y peligro para la comunidad”.
Su movilidad internacional y su acceso a criptoactivos mundiales también han hecho saltar las alarmas sobre su potencial para eludir la justicia.
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El CEO de SafeMoon se enfrenta a múltiples cargos de fraude en EE.UU.
La naturaleza de la presunta conducta de Karony, que implica más de 300 millones de dólares en pérdidas de inversores, proyecta una sombra oscura sobre las operaciones de SafeMoon. La carta del gobierno al juez Eric R. Komitee del Distrito Este de Nueva York subraya la gravedad de los cargos:
“Cuando se enfrentó a las declaraciones públicas cuestionando la legalidad de la conducta de SafeMoon … [Karony] redobló su fraude mintiendo a los inversores”.
El desarrollo de esta saga también ha dejado consternados a los inversores y a los observadores del mercado. El rápido descenso del precio de SFM, agravado por la declaración de bancarrota y los problemas legales, pone de relieve los riesgos inherentes al mercado de las criptomonedas.
En definitiva, la trayectoria de la empresa, que ha pasado de ser una floreciente startup a un cuento con moraleja, es un claro ejemplo de lo rápido que puede cambiar la suerte en este sector.
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