Analista se burla de XRP: “¿Quién necesita estas habichuelas mágicas?”

Ripple es, desde hace más de una década, uno de los experimentos más curiosos del mundo cripto. Su activo nativo, XRP, nació en 2012 bajo la promesa de transformar las transferencias globales. Pero hoy, incluso entre analistas veteranos, persiste una pregunta simple: ¿Quién necesita realmente estas habichuelas mágicas?

El comentario proviene de un artículo satírico que refleja un sentimiento compartido en parte del mercado: Ripple sigue liberando gradualmente su enorme reserva de XRP —unos 40 mil millones de tokens, valorados en más de 2.41 dólares cada uno— sin que quede claro su propósito real. Sin embargo, los inversores los compran, y eso ha permitido a Ripple acumular una fortuna considerable. Tanto, que esta semana la firma destinó 1 mil millones de dólares a la compra de GTreasury, una empresa especializada en gestión de tesorería corporativa.

Ripple y la eterna búsqueda de utilidad para XRP

Fundado como OpenCoin en 2012, Ripple se diferenció de Bitcoin y Litecoin al emitir toda su oferta de XRP desde el inicio —100 mil millones de tokens creados “de la nada”—, evitando el sistema de minería. Este enfoque generó valor rápido, pero también dudas: a diferencia de Bitcoin, que funciona como “oro digital”, o Ethereum, que sustenta contratos inteligentes, XRP nunca ha tenido una función esencial clara.

A lo largo de los años, el CEO Brad Garlinghouse ha intentado posicionar el token como una herramienta de liquidez para bancos y sistemas de pago.

En 2015, Ripple logró acuerdos piloto con entidades financieras que probaron su ledger para transferencias internacionales. El sistema técnico funcionaba bien, pero los bancos se mostraron reacios a depender de una infraestructura privada y centralizada.

Entonces Garlinghouse cambió de enfoque: presentar XRP como una moneda puente que agilizara remesas internacionales. Sin embargo, la irrupción de las stablecoins, respaldadas por monedas fiduciarias, dejó a Ripple compitiendo con alternativas más estables y transparentes.

La compra de GTreasury: ¿Estrategia o parche corporativo?

Para Jeff John Roberts, analista de Fortune, movimiento reciente de Ripple —la adquisición de GTreasury y, meses antes, al bróker institucional Hidden Road y a la plataforma de stablecoins Rail— parece un intento de reinventarse como proveedor de infraestructura financiera híbrida. En otras palabras, posicionarse entre el mundo cripto y las finanzas tradicionales.

“Ripple es un negocio peculiar. Durante más de una década, la empresa ha poseído grandes cantidades de ‘habichuelas mágicas’ conocidas como XRP, las cuales vierte al mercado en intervalos regulares. No está claro por qué alguien necesita estas habichuelas mágicas, pero la gente las compra de todos modos, y eso ha hecho que Ripple sea muy rico, tanto que esta semana gastó casualmente mil millones de dólares para comprar una empresa de gestión de tesorería llamada GTreasury. La pregunta es cuánto tiempo más podrá Ripple mantener su fábrica de habichuelas mágicas en funcionamiento”, expuso Roberts.

Según Garlinghouse, la nueva estrategia apunta a ofrecer a las empresas herramientas integradas para manejar liquidez, divisas y activos digitales. Pero la integración presenta desafíos: ¿Encajarán ejecutivos de banca tradicional en la cultura cripto de Ripple? ¿Podrán resistirse a incorporar XRP en servicios que funcionan bien sin él?

Expertos del sector señalan que, aunque Ripple dispone de recursos para sostener este experimento durante años, su futuro depende de si logra construir valor más allá del token que la hizo rica. La rentabilidad no podrá sostenerse eternamente sobre la venta de XRP, por muy sofisticado que sea su sistema de liberación mensual en escrow.

“Mientras tanto, a muchos de nosotros nos estafaron hace nueve años… comprando XRP como locos por entre 20 y 30 centavos, pensando que éramos genios un día e idiotas al siguiente. Ahora estamos sentados sobre carteras multimillonarias mientras los maxis de otras blockchains siguen haciendo todo lo posible para mantener vivo el odio contra Ripple y XRP” resaltó Lion of Judah en X.

Ripple, XRP y el relato “To the Moon”: contraste de opiniones

Hoy, Ripple sigue liberando pequeños lotes de XRP cada mes. Los mercados aún los absorben, lo que ha mantenido la ilusión de fortaleza.

“XRP ganó valor porque es una de las primeras criptomonedas y porque el equipo inicial de Ripple estaba compuesto por tecnólogos de blockchain muy respetados. Pero nadie ha podido presentar un argumento sólido que explique el propósito de XRP. Bitcoin es el oro digital original y Ethereum es la base de los contratos inteligentes, pero la característica más destacada de XRP siempre ha sido un ejército de fanáticos en línea gritando ‘¡To the Moon!'”, sentenció el analista.

Pero, como advierten analistas y entusiastas, las narrativas especulativas tienen fecha de caducidad. El desafío será demostrar que Ripple puede operar como un verdadero conglomerado financiero sin depender del fervor de su comunidad.

“La narrativa que corre a favor de XRP se adapta a Ripple y su plan de negocios, pero las personas que aman a XRP y creen que los hará mega ricos, son las mismas personas que han construido colectivamente Ripple al ser abandonados”, señaló Pro Crypto.

La comparación con otras criptomonedas emergentes es inevitable. Mientras proyectos como Solana o Chainlink expanden ecosistemas con casos de uso tangibles, Ripple continúa justificando su existencia en torno a un activo cuyo propósito práctico sigue difuso. En este sentido, varios inversores mantienen su optimismo hacia XRP.

“¡Vaya, has cambiado de opinión! ¿Qué puedo decir? Parece que últimamente muchos se están desviando hacia lo superficial. En mi experiencia, eso suele indicar un aumento masivo y sostenido del precio en cuestión de semanas. Gracias, pero seguiré con esta gran onda expansiva hasta el final, si te parece bien”, criticó Boulder Eagle.

En resumen

Ripple invirtió recientemente 1 mil millones de dólares para comprar GTreasury. Aunque XRP sigue siendo rentable, analistas cuestionan su utilidad. La empresa busca reinventarse como actor financiero híbrido, pero su dependencia del token plantea dudas sobre su sostenibilidad.

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