Los profesionales y los ciudadanos preferirían un euro digital que priorice la privacidad, según una consulta pública publicada por el Banco Central Europeo (BCE).
Según un informe publicado el 14 de abril, la privacidad es la característica más importante de un euro digital, especialmente para los comerciantes y otras empresas.
Tanto el público como los profesionales apoyan los requisitos para prevenir actividades ilegales, ya que menos del 10% apoya el anonimato total.
Los participantes en la consulta podrían elegir entre tres variantes para un posible euro digital. Si bien una era una versión offline centrada en la privacidad, otra opción era una versión online con funciones y servicios adicionales.
Entre estos dos y una tercera opción “híbrida”, según el informe del BCE:
“Los ciudadanos generalmente optaron por una solución offline centrada en la privacidad”.
Otras prioridades para un euro digital
Los participantes de la consulta también favorecieron algunas otras características del euro digital. Un 18% priorizó la seguridad. Otro 11% quiere tener la capacidad de pagar en toda la zona euro.
Finalmente, el 9% no quiere costos adicionales, mientras que el 8% se preocupa por la usabilidad offline.
Más de dos tercios de los encuestados quieren que los intermediarios proporcionen servicios innovadores. Quisieran que estos servicios adicionales se proporcionaran además de los pagos digitales básicos en euros.
Este segmento de participantes también piensa que el euro digital debería integrarse en los sistemas bancarios y de pago existentes.
Casi la mitad de los encuestados mencionó la necesidad de mantener límites, remuneración escalonada o una combinación de ambos, para gestionar la cantidad de euros digitales en circulación.
Aproximadamente una cuarta parte piensa que un euro digital debería hacer que los pagos transfronterizos sean más rápidos y económicos. Dentro de ciertos límites, también quieren que el euro digital se pueda utilizar fuera de la zona euro.
De hecho, una minoría se opuso a la emisión de un euro digital. Temían que el BCE a partir de entonces no mantuviera la disponibilidad de efectivo. También pensaron que el BCE utilizaría la nueva herramienta para traspasar las tasas de interés negativas a los consumidores.
La participación en la consulta
La consulta comenzó el 12 de octubre de 2020 y concluyó tres meses después, el 12 de enero de 2021. La consulta pública del BCE recibió un récord de 8.200 respuestas, la mayoría de las cuales eran ciudadanos privados (94%).
Los participantes restantes fueron bancos, proveedores de servicios de pago, comerciantes y empresas de tecnología. La mayoría de las respuestas provinieron de Alemania (47%), Italia (15%) y Francia (11%).
Según Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE:
“Un euro digital solo puede tener éxito si satisface las necesidades de los europeos […] Haremos todo lo posible para garantizar que un euro digital cumpla con las expectativas de los ciudadanos que se destacaron en la consulta pública”.
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