El potencial de las criptomonedas: Razones para apoyarlas, no para suprimirlas

La profesora Hilary Allen publicó un artículo en Foreign Affairs defendiendo la prohibición de las criptomonedas en los Estados Unidos. Allen citó una larga lista de exploits, colapsos de exchanges e ineficiencias técnicas en el ecosistema de la blockchain. Su conclusión: los riesgos de blockchain superan con creces las recompensas, y el gobierno de Estados Unidos debería prohibirla por completo. Pero, ¿es tal movimiento de interés público?

Históricamente, las prohibiciones de nuevas tecnologías han tenido resultados mixtos. Las prohibiciones absolutas pueden ser una forma de combatir problemas como el cambio climático. Por ejemplo, las prohibiciones de los automóviles a gasolina pueden reducir drásticamente las emisiones de combustibles fósiles en tiempo real.

Sin embargo, muchas prohibiciones tienen consecuencias no deseadas. Una prohibición total de los planos de armas impresos en 3D podría amenazar la innovación en otras aplicaciones peer-to-peer de código abierto.

Hasta ahora, la industria cripto de 1,24 billones de dólares ha fomentado nuevas soluciones bancarias que son eficientes, seguras y accesibles para la gente común. Artistas que alguna vez fueron ignorados por el mundo del arte tradicional han hecho carreras (y fortunas) en NFT. Y las Organizaciones Autónomas Descentralizadas están ganando popularidad como alternativa a la gobernanza tradicional.

Los entresijos de blockchain definitivamente no son fáciles de entender o regular. Sin embargo, las soluciones que permite justifican pedir a los gobiernos que acepten la tecnología. Con algo de tiempo y esfuerzo, es posible corregir las imperfecciones de las criptomonedas y alentar a más personas a aprovechar sus muchos beneficios.

El lado oscuro del anonimato

Una de las características de la tecnología blockchain es la opción de mantener tu identidad privada. Esa es en parte la razón por la que uno de los primeros usos de Bitcoin fue comprar sustancias ilícitas en la web oscura.

Silk Road se creó originalmente para que las personas pudieran intercambiar bienes y servicios sin compartir ninguna información sobre sí mismos. Sin embargo, el atractivo del anonimato permitía a los usuarios comprar drogas y armas, y supuestamente incluso sicarios, todo sin dejar rastro.

En los últimos años, países como China, Egipto, Bangladesh, Argelia, Irak y Túnez han prohibido las criptomonedas por completo.

Sin embargo, no ha impedido que las personas usen o interactúen con las criptomonedas. Y lo que es más importante, no ha resuelto el problema de enrutamiento. El tráfico sexual, el lavado de dinero y la venta de sustancias ilícitas siguen siendo rampantes en lugares donde las criptomonedas han estado prohibidas durante años.

Seguridad y protección

Si bien la criptomoneda ofrece anonimato, también funciona en un libro mayor inmutable y transparente. Todas y cada una de las transacciones son visibles e inalterables. Incluso si no puede encontrar un usuario específico, ciertamente puede identificar y ubicar una dirección de monedero cripto.

Luego, las autoridades pueden rastrear estas cuentas y buscar patrones identificables. O bien, Estados Unidos puede seguir a la República Dominicana en la creación de un metaverso patrocinado por el estado que fomente la adopción y brinde apoyo y oportunidades a sus ciudadanos.

Justo hoy, el programa Dominica Metaverse Digital Citizen, o DMDC, anunció que está lanzando un token vinculado al alma que los ciudadanos pueden acuñar después de completar la verificación KYC.

La agencia gubernamental pertinente puede retener la información personal de los ciudadanos fuera de la cadena. Y su capacidad para participar en actividades para las que califican (como la entrada a grupos o eventos en línea específicos) está en cadena.

Este compromiso tiene el potencial de conducir a resultados mucho mejores en la alfabetización y seguridad de las criptomonedas en lugar de una prohibición total de las criptomonedas.

FTX no es típico

Sam Bankman-Fried tenía al mundo entero al borde de sus asientos mientras intentaba y no lograba salvar su exchange de las garras de las malas operaciones y el apalancamiento arriesgado.

Los entusiastas de las criptomonedas observaron con una mezcla de asombro y desesperación cómo SBF huía de Estados Unidos al estilo “Rápido y Furioso”.

Pero en lo que la mayoría de los críticos se equivocan son en los motivos del fracaso de FTX, así como en las posibles soluciones.

En primer lugar, FTX no tenía su sede en Estados Unidos. Estaba en el extranjero, lo que significa que el exchange estaba fuera del alcance de la SEC y otras agencias gubernamentales. Una prohibición no habría detenido este colapso.

En segundo lugar, la SEC tenía como objetivo regular monedas específicas, no todo el exchange. Y tercero, SBF cometió varios errores que cualquier estudiante de MBA podría haber descifrado con facilidad.

Nadie en cripto defiende las acciones de SBF. La mayoría de los nativos de las criptomonedas ven la caída de FTX como una fea mancha en una industria que quiere construir un mundo mejor para las personas comunes.

Muchas voces prominentes en el espacio, incluido el cofundador y director ejecutivo de Coinbase, Brian Armstrong, se han manifestado públicamente para abogar por una mayor regulación. Quieren que el gobierno se asegure de que este tipo de eventos no vuelvan a ocurrir.

La regulación fallará

La descentralización de la red es una de las palabras de moda del mundo cripto que aún no se ha logrado realmente. Muchos actores de la industria quieren crear sistemas descentralizados. Pero como suele ser el caso con el poder y el dinero, los seres humanos tienden a abusar de ellos una vez acumulados. Aquellos que aspiran a la descentralización saben esto en algún nivel.

Es por eso que la tecnología blockchain, en su forma más teórica, se basa en el código en lugar de la toma de decisiones de los seres humanos. Pero incluso Bitcoin, quizás la red más descentralizada del mundo, requiere el mantenimiento de un pequeño grupo de líderes.

Para ser claros, la descentralización no es una panacea para los problemas que inspiraron su creación. La Gran Crisis Financiera de 2008 sigue siendo una fatídica historia de cómo los jugadores centralizados pueden aprovecharse de las masas.

Pero varios ejemplos de tomas de poder, piratería y hacks del 51% también han paralizado a las organizaciones nativas de la blockchain.

Pero la GFC también ilustra que la regulación no es una panacea para los delitos financieros, los percances y la codicia humana. Después de todo, Estados Unidos regulaba los bancos, los valores respaldados por hipotecas y las agencias de calificación involucradas.

Cómo podría funcionar la descentralización

El objetivo que inspiró a Satoshi Nakamoto a establecer Bitcoin como una red descentralizada fue combatir el tipo de toma de decisiones unilateral que permitía al Tesoro de Estados Unidos pagar las deudas de las malas apuestas de Wall Street sin responsabilizar a los culpables e imprimir miles de millones de dólares en el proceso.

Una organización descentralizada requeriría que sus miembros llegaran a un consenso, asegurándose de que cada miembro tuviera un voto. Esto permitiría una forma verdaderamente democrática de manejar las crisis.

Además, una vez que los fundadores de un grupo escriben las reglas de compromiso en código, no hay forma de que las personas alteren estas reglas.

Si los bancos, o en el futuro, los exchanges de criptomonedas son responsables de sus pérdidas y saben que el gobierno no los rescatará, eso podría reducir las apuestas arriesgadas e incentivar una estrategia financiera más estable y segura.

Un paréntesis

Para alejarnos por un segundo: el gobierno de Estados Unidos aún tiene que ponerse al día con las trampas de la era de Internet. Empresas como Facebook, Google y Apple consumen nuestros datos personales y los usan para, en el mejor de los casos, vendernos productos y, en el peor de los casos, fomentar el sesgo de información o mantenernos involucrados en sus canales a través de teorías de conspiración y propaganda.

Pero en lugar de abordar eso, Estados Unidos se ha centrado en romper los monopolios de la gran tecnología. Este enfoque no solo es ineficaz, sino que no aborda los problemas en cuestión. Nuestros datos, nuestro contenido y muchos otros aspectos personales de nuestras vidas ya no son nuestros.

¿Es realmente sorprendente que haya surgido una nueva industria para abordarlo?

Hasta ahora, el gobierno de Estados Unidos y, por extensión, muchos expertos en el debate sobre los riesgos y las recompensas de blockchain, se han acercado a la industria con tolerancia.

Han tratado de encontrar formas de hacer que las criptomonedas se ajusten a su visión de cómo funciona el mundo. Ven blockchain como una versión más complicada de algo antiguo en lugar de algo completamente nuevo.

Esta es la razón por la cual los intentos de regulación hasta ahora han fracasado tan miserablemente. Y por qué algunos se inclinan por tomar el camino más fácil y prohibir las criptomonedas en lugar de tratar de encontrar formas de respaldarlas.

El caso para abrazar, no prohibir cripto

La tecnología blockchain tiene el potencial de crear un nuevo mundo en el que las personas son propietarias de sus datos personales, tienen acceso a una moneda mundial que no se ve afectada por las decisiones de unas pocas personas y optan por un sistema que comparte sus valores.

John Jacques Rousseau afirmó que “la civilización es una carrera sin esperanza para descubrir remedios para los males que produce”, y los defensores de la blockchain se han propuesto utilizar la tecnología para interrumpir los sistemas que ya no funcionan.

La industria de la blockchain puede no ser perfecta. Pero al menos la fuerza impulsora detrás de esto es el deseo de hacer que el próximo capítulo de la historia humana sea mejor que el anterior.

Ahora depende de los políticos y los reguladores ayudar a negar a los malos actores, proteger a los consumidores y encontrar soluciones creativas que aseguren que la industria cripto crezca de manera sostenible y ética.

Cripto no es una moda que pronto desaparecerá. Por lo tanto, Estados Unidos puede prohibir las criptomonedas y quedarse atrás o adoptarlas y liderar la carga hacia la adopción.