La fiabilidad de las estadísticas de inflación de Estados Unidos está bajo un escrutinio más intenso tras revelarse que más de un tercio del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto se basó en precios estimados en lugar de observados.
Los economistas advierten que el creciente uso de datos imputados amenaza la credibilidad de un indicador clave para la política de la Reserva Federal y las expectativas de los inversores.
SponsoredMás datos del IPC son ahora “mejores conjeturas”
La proporción de precios estimados en el IPC de Estados Unidos subió a 36% en agosto de 2025, según cifras destacadas por el medio de comentarios de mercado The Kobeissi Letter y confirmadas por la metodología de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Esto representa un aumento desde el 32% en julio y es la proporción más alta desde que la BLS comenzó a rastrear esta métrica.
Normalmente, el IPC se compila a partir de aproximadamente 90,000 cotizaciones de precios mensuales en alrededor de 200 categorías de bienes y servicios, recopiladas por varios cientos de empleados de campo en 75 áreas urbanas.
Cuando faltan datos de precios, la BLS utiliza una técnica de “imputación” para llenar los vacíos, basándose en categorías relacionadas o artículos comparables. Históricamente, solo alrededor del 10% del índice requería tal estimación.
Sin embargo, desde la segunda mitad de 2024, la dependencia de la imputación ha aumentado drásticamente, superando el 30% a lo largo de 2025.
Los analistas atribuyen el aumento a los desafíos de recopilación de datos relacionados con la pandemia, los cambios en los patrones de consumo y la dificultad para obtener cotizaciones oportunas para categorías volátiles como la vivienda y los servicios médicos.
Los mercados observan la política de la Fed
El IPC es el principal indicador de la Reserva Federal para medir la inflación del consumidor y una piedra angular para las decisiones sobre tasas de interés y política monetaria.
Una divergencia cada vez mayor entre las presiones de precios percibidas por los hogares y los datos oficiales podría complicar la estrategia de la Fed para el objetivo de inflación y erosionar la confianza pública en sus señales de política.
“Los mercados dependen del IPC para una lectura clara de la inflación”, dijo un economista independiente. “Si más de un tercio del índice se basa en estimaciones, eso introduce ruido y plantea preguntas sobre cuán precisamente los datos reflejan los costos reales para el consumidor.”
Los inversores, ya nerviosos por los próximos movimientos de la Fed, podrían volverse más volátiles si persisten las dudas sobre la precisión del IPC. Los mercados de bonos, en particular, podrían ver reacciones más agudas a los comunicados del IPC si los traders sospechan que las cifras principales subestiman las tendencias inflacionarias reales.
Economistas y participantes del mercado están instando a la BLS a proporcionar más detalles sobre qué componentes del IPC dependen de datos imputados y cómo se derivan esas estimaciones. Aunque la imputación es una práctica estadística estándar, la escala de su uso actual ha sorprendido a muchos observadores y subraya la necesidad de una divulgación robusta.
Por ahora, la BLS mantiene que sus procedimientos cumplen con los estándares estadísticos establecidos. Sin embargo, con la proporción de precios estimados en niveles récord, la presión está aumentando para que la agencia refuerce la confianza en uno de los indicadores económicos más observados del mundo.