Durante siglos, el oro fue sinónimo de estabilidad. En tiempos de inflación, crisis políticas o incertidumbre económica, los inversores siempre miraron hacia el metal precioso en busca de refugio. Sin embargo, el 2025 no solo marcó un nuevo récord para su precio, superando los 4,391 dólares por onza, sino también un punto de inflexión en su historia: el momento en que el oro dejó de ser únicamente un activo físico y pasó a formar parte del universo digital a través de la tokenización.
La tokenización consiste en representar activos tangibles del mundo real, como oro, bienes raíces o instrumentos financieros, en forma de tokens respaldados y verificables dentro de una blockchain. En el caso del oro, cada token corresponde a una cantidad exacta del metal guardada en bóvedas reguladas y auditadas. Este modelo no solo garantiza la trazabilidad del activo, sino que democratiza el acceso a uno de los bienes más escasos y valiosos del planeta.
SponsoredEl oro tokenizado experimenta crecimiento fenomenal
Hasta hace pocos años, invertir en oro implicaba tener cuentas en bancos especializados, pagar seguros de custodia o adquirir participaciones en fondos cotizados (ETF). Hoy, gracias a la infraestructura Web3, un usuario puede comprar, transferir o fraccionar oro desde su teléfono, con liquidez 24/7 y costos operativos mínimos.
Este cambio no es menor: significa que la reserva de valor más antigua del mundo finalmente se integra a la economía digital sin perder su esencia física.
Según CoinGecko, la capitalización de mercado de los gold-backed tokens ya supera los 3.700 millones de dólares, con proyectos líderes como Tether Gold (XAUT) y PAX Gold (PAXG) dominando más del 85% del volumen global.
Ambos representan modelos consolidados: Tether Gold, respaldado por más de 11,6 toneladas de oro almacenadas en bóvedas suizas, y PAX Gold, regulado por el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (NYDFS) y respaldado por barras de oro de “London Good Delivery”.
Otros proyectos, como Kinesis Gold (KAU), Comtech Gold (CGO) o VeraOne (VRO), han ampliado el alcance geográfico del concepto, adaptándose a distintas regulaciones y marcos culturales. Por ejemplo, CGO se desarrolla sobre la red XDC y cumple con los estándares Sharia, lo que lo hace atractivo en Medio Oriente, mientras que VeraOne opera bajo regulación europea, ofreciendo liquidez en euros y respaldo en Francia.
El fenómeno no es aislado. Exchanges globales como Binance, OKX, Bitget y BingX han incorporado trading de oro tokenizado, tanto en mercados spot como en contratos perpetuos.
Sponsored SponsoredEn el caso de BingX, la integración de IA en su interfaz de trading permite identificar zonas de soporte, analizar volatilidad y diseñar estrategias automáticas sobre activos como XAUT o PAXG. De esta forma, el oro entra al terreno de la analítica predictiva y del trading algorítmico, áreas tradicionalmente reservadas para activos puramente digitales.
Desentrañando el atractivo del oro tokenizado
El atractivo del oro tokenizado no se basa únicamente en la innovación tecnológica, sino en su capacidad para responder a las tensiones estructurales del sistema financiero global. Con un dólar debilitado, tasas de interés en descenso y conflictos geopolíticos activos, la búsqueda de activos refugio se intensifica.
Pero a diferencia de crisis pasadas, los inversores actuales no solo buscan protección, sino eficiencia, liquidez y transparencia. Ahí es donde la tokenización ofrece un salto cualitativo.
Sponsored SponsoredCada token cuenta con auditorías públicas, registros on-chain y opciones de redención física, lo que combina lo mejor de dos mundos: la confianza del oro con la trazabilidad de la blockchain. Además, permite una propiedad fraccionada, lo que abre la puerta a pequeños inversores y mercados emergentes donde antes el acceso al metal era prácticamente imposible.
Un usuario en Buenos Aires, Ciudad de México o Bogotá puede hoy mantener una fracción de lingote suizo en su wallet, sin intermediarios, ni fronteras.
Un avance que plantea interrogantes
No obstante, este avance también plantea interrogantes. El principal desafío sigue siendo la custodia: los emisores dependen de bóvedas centralizadas, lo que introduce un grado de intermediación que la filosofía cripto busca reducir.
SponsoredAdemás, la regulación varía entre jurisdicciones, y los marcos legales para activos tokenizados aún están en desarrollo. El crecimiento del mercado obligará a los reguladores a encontrar un equilibrio entre innovación, seguridad y control del riesgo sistémico.
Aun así, el movimiento parece irreversible. La tokenización no solo cambia la forma en que se invierte, sino cómo se concibe la propiedad y el valor. Si en el siglo XX el oro respaldaba monedas, en el XXI los tokens respaldan el oro. La diferencia es que ahora ese respaldo es verificable, trazable y globalmente accesible.
En este sentido, el oro tokenizado representa más que una moda del mercado cripto: es una manifestación tangible de la convergencia entre la economía tradicional y la digital. Un puente que combina la confianza histórica del metal con la velocidad de la blockchain, permitiendo que el valor fluya sin fricciones y sin horarios.
El desafío de los próximos años será mantener ese equilibrio entre estabilidad y descentralización, entre seguridad y accesibilidad. Pero el rumbo está claro: la tokenización del oro no busca reemplazar el sistema financiero tradicional, sino reinventar su infraestructura para una economía global más abierta, transparente y tecnológicamente integrada.
El oro, el activo más antiguo de la humanidad, finalmente se actualiza para el futuro. Y en ese proceso, redefine lo que entendemos por valor.