Nuevo estudio sugiere que Bitcoin (BTC) no sería tan descentralizado como parece

Científicos de las Universidades de Rice y Baylor en Estados Unidos han presentado un estudio que pondría en duda varias de las características que hacen único a Bitcoin (BTC). Siendo las más importantes, la descentralización y el completo anonimato de las transacciones.

Los polémicos resultados del estudio de los autores y aidenlab fueron presentados en el New York Times; y, en caso de ser ciertas sus conclusiones, BTC estaría realmente concentrado en unas cuantas docenas de personas. Cabe mencionar que dicho estudio sería preliminar pues aún no ha sido publicado en un peer-review-journal.

Al agregar múltiples filtraciones, Blackburn Científica de Datos en la Universidad de Rice consolidó muchas direcciones de Bitcoin, que podrían haber parecido representar a muchos mineros, en pocas categorías-siendo posible gracias a técnica de inteligencia artificial conocida como algoritmo de clasificación-.

Al final reunió un pequeño catálogo de agentes y concluyó que, de toda la riqueza acumulada en las transacciones de BTC durante sus primeros dos años, 64 jugadores clave, algunos de los cuales eran los “fundadores” de la comunidad, como los llamaron los investigadores, extrajeron la mayor parte de Bitcoin que existía en ese momento. De acuerdo a su teoría, ya existe una “élite”, que desde los inicios que posee la mayor parte de BTC.

La desaparición del anonimato

De acuerdo con el estudio de aidenlab; la comunidad Bitcoin ha creado una estructura altamente centralizada desde el inicio que tiene consecuencias para la seguridad de usuarios de Bitcoin hoy. Estos supuestos 64 agentes principales son la piedra angular, sino el “cerebro” de casi todas las transacciones, de modo que casi todas las direcciones (> 99%) se pueden vincular a un agente principal a través de una cadena de menos de 6 transacciones (31-33).

Estas propiedades de red, -empleadas para las direcciones de BTC- cada vez poseen condiciones de privacidad no deseadas, y como consecuencia, hacen que la red sea mucho más vulnerable a la desanonimización usando un “Enfoque de seguimiento del dinero“.

En este enfoque, la identidad de una dirección de Bitcoin de destino puede determinarse mediante la identificación de una ruta de transacción corta que lo vincula a una dirección cuya identidad se conoce, y luego usar fuentes de datos fuera de la cadena (que van desde datos públicos hasta citaciones) para caminar a lo largo de la ruta, determinando quién pagó a quién.

Así, desde este punto de vista aunque la mayoría de las direcciones son anónimas, las transacciones no lo serían. Lo que en opinión de los autores conlleva al establecimiento de una nueva “fuente de datos socioeconómicos”.

“Goteo a goteo, la fuga de información erosiona los bloques que alguna vez fueron impenetrables, forjando un nuevo panorama de datos socioeconómicos”.

¿Una Ucronía de Satoshi Nakamoto?

Una técnica clave empleada por Blackburn fue rastrear patrones en gráficos de números que, en teoría, deberían haber sido aleatorios y sin sentido. En un caso, estaba persiguiendo la “extranonce“, una pieza del rompecabezas de la minería: un campo corto de 0 y 1 metido dentro de una cadena más larga que codifica cada bloque o paquete de transacciones.

La extranonce filtró información sobre la actividad de una computadora. Esto llevó a Blackburn a reconstruir el comportamiento de los mineros: cuándo estaban minando, cuándo pararon y cuándo volvieron a empezar. Ella especula que se toleró el comportamiento con fugas del extranonce porque permitió al creador de Bitcoin vigilar a los mineros; el código fuente se modificó para tapar esta fuga poco antes de que Satoshi Nakamoto desapareciera de la comunidad pública de Bitcoin en diciembre de 2010.

“Cualquier cosa que creas que puedes lograr usando nuevos algoritmos, big data o lo que sea, también puede usarse en su contra. Los científicos pueden usar los mismos algoritmos para interrogar e investigar estos castillos que construye la nueva élite”.