La división de criptomonedas de Robinhood espera pagar un mínimo de $10 millones a los reguladores de Nueva York por supuestas infracciones relacionadas con la ciberseguridad y la lucha contra el blanqueo de capitales.
La sanción podría superar los $15 millones, en función de una investigación que está examinando la posible laxitud en las prácticas de seguridad. La empresa pagará a los reguladores neoyorquinos por el supuesto incumplimiento de las normas, que sólo se refiere a su división de criptomonedas.
Anteriormente, la compañía ya fue condenada a pagar una multa de $70 millones por la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA). La demanda afirma que Robinhood fue acusado de:
Ciertas deficiencias en sus políticas y procedimientos relativos a la evaluación de riesgos, la falta de un plan adecuado de respuesta a incidentes y de continuidad del negocio, y deficiencias en la seguridad de las aplicaciones.
En un momento en el que los países de todo el mundo están examinando a las entidades de criptomonedas por sus normas de cumplimiento, este hecho no es del todo sorprendente. Estados Unidos también ha sufrido un ciberataque que vio comprometida la infraestructura de Colonial Pipeline. Los atacantes esperaban un rescate en Bitcoin, lo que hizo que los legisladores hicieran de la ciberseguridad una prioridad.
Robinhood lleva meses preparando el lanzamiento de una OPV, pero varios incidentes han obstaculizado que la empresa pueda llevar a cabo sus planes en el plazo previsto inicialmente. Es probable que celebre la OPV este mes o el siguiente, y no cabe duda de que los inversores y analistas la seguirán de cerca.
La salida a bolsa de Robinhood: ¿sí o no?
Robinhood lleva un año de montaña rusa. A pesar de todos los incidentes que ha atravesado, incluidas las críticas por su gestión de GameStop y los problemas de la plataforma, la empresa crece a un ritmo increíble. Está claro que desea aprovechar el impulso con el lanzamiento de la OPV, pero no está garantizado que vaya a ser un camino de rosas.
No hay duda de que Robinhood está funcionando bien según las métricas de los usuarios y los ingresos, pero también hay que tener cierta precaución en cuanto a su percepción pública. Las críticas que siguieron a los acontecimientos negativos fueron fuertes, y ahora el escrutinio de los reguladores traerá aún más preocupación sobre el crecimiento.
La salida a bolsa tendrá sin duda una entusiasta afluencia de fondos, como ha ocurrido con las OPV en los últimos 12 meses. Pero Robinhood tendrá que dar algunos pasos significativos si quiere superar los efectos de los últimos seis meses aproximadamente. Recuperar la confianza de los clientes será un esfuerzo largo y prolongado, y siempre habrá cierto escrutinio, pero quizá la firma tome medidas que devuelvan cierta legitimidad a su idea de “democratizar las finanzas para todos”.
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