El mundo vive un momento complicado. La inflación ya es generalizada y no muestra signos de desaceleración. La guerra en Ucrania ha aumentado los costos de la energía y de ciertos productos básicos, y las economías se encuentran cada vez más al límite y a las puertas de la recesión.
Ante esto, los principales bancos centrales del mundo han ido subido sus tasas de interés para tratar de controlar la inflación y evitar un descalabro mayor.
El caso más sonado fue la mayor subida de estas tasas en 30 años hecha por la Fed recientemente que las elevó a un rango de entre 1.5% a 1.75%. Aquí aparece otro fantasma en el panorama: el mercado inmobiliario.
A 14 años de la crisis del 2008, el mercado inmobiliario mundial muestras signos preocupantes tras un enfriamiento del mercado.
Esto se da tras años de crecimiento que fueron motivados por la pandemia que llevó a la Fed a bajar las tasas de interés al mínimo, conllevó a que los gobiernos inyectaran estímulos a la economía e hizo popular el trabajo desde casa, generando más interés en la compra de un inmueble.
A esta situación se le sumó el hecho de que muchas construcciones y proyectos inmobiliarios se detuvieron por varios meses, disminuyendo la oferta que había.
Con este panorama, los precios dentro del mercado inmobiliario tuvieron un alza importante, generando un año 2021 muy movido en el sector, pero que se está encontrando con una pared que amenaza con generar una crisis.
Una amenaza posible
En un estudio reciente de Bloomberg se demostró que 19 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) están susceptibles de sufrir una caída en sus mercados inmobiliario gracias de las políticas económicas que se están aplicando para controlar la inflación
Entre ellos encontramos a EEUU en el séptimo puesto, a Canadá en el quinto, a Portugal en el sexto y a Nueva Zelanda en el primero, siendo el país de Oceanía el que más está en peligro de sufrir una eventual caída de su mercado inmobiliario.
Pero aún no hay que darlo todo por perdido. Tal y como explican en el reportaje, hay ciertos indicadores que dan a entender que un escenario igual al 2008 es poco probable, entre ellos: los ahorros están más robustos que en esa época, las hipotecas están siendo mejor distribuidas y hay escasez de inmuebles en muchos países.
Tal y como explica Tuuli McCully, jefe de la sección Asia-Pacifico de ScotiaBank, la mayoría de las economías cuentan con unos registros de ahorros bastante sólidos y que, si bien una caída podría afectarlos, los precios de los inmuebles no golpearían tan duro.
“Sin embargo, dado que los balances de ahorro en muchos de los principales mercados siguen siendo saludables, no estoy particularmente preocupado por los riesgos relacionados con los precios de la vivienda y la economía mundial”.
De hecho, el temor real no viene del mercado inmobiliario sino de que este sufra en el caso de una recesión en otros mercados. Tal y como explicó Rob Subbaraman, jefe de análisis del mercado de Nomura Holdings Inc, el miedo está en que todo caiga por el impulso de un ciclo bajista en los mercados:
“El peligro es que los ciclos comercial y financiero se reduzcan simultáneamente, lo que puede conducir a recesiones más duraderas”.
Hay señales alarmantes
Aún con los comentarios esperanzadores, hay señales que preocupan. Tal y como reporta el medio británico The Telegraph, el rendimiento de los alquileres en Reino Unido está cayendo en los últimos meses.
Según sus registros, las ganancias mensuales de un alquiler pasaron de 600 libras al mes, a 150 libras, casi 6 veces menos en un semestre.
Esto se genera gracias al aumento de las tasas de interés que ha hecho el Banco de Inglaterra y que ha motivado a muchos a salir al mercado a vender sus propiedades para tratar de recuperar la inversión.
Y este caso es el de Reino Unido que, según el reportaje de Bloomberg, se encuentra en el puesto 15 de los países con más riesgo de recesión en el mercado inmobiliario. Mientras que, en Canadá, que es el quinto con más riesgo, la situación empeora.
Este mes el Banco Central de Canadá publicó una revisión de su sistema financiero y puso entre sus preocupaciones el alto nivel de hipotecas que hay.
A su vez, desde abril se viene dando una caída en los precios de la vivienda que no se veía en dos años, llegando a que los precios estén 9% más bajos de lo que estuvieron en febrero.
Estos son dos casos de economías que están viendo cómo la situación inmobiliaria cambia repentinamente. La preocupación, como se comentó, es que caiga a tal punto que no haya incentivo en la inversión y lleve al mercado inmobiliario a unirse a otros sectores en medio de una recesión.
Pero aún así falta por ver. El mundo se enfrenta ante una de las situaciones más complejas de la historia.
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