La historia de un inversor de Ethereum ha captado la atención del mundo cripto: convirtió 75,000 dólares en 1,1 mil millones de dólares en una década, pero no puede acceder a su fortuna. El caso, que involucra a Rain Lõhmus, un banquero estonio, se ha convertido en un recordatorio sobre los riesgos de la falta de seguridad digital.
En 2015, Lõhmus participó en la oferta inicial de monedas (ICO) de Ethereum, adquiriendo 250,000 ETH. Diez años después, su inversión alcanzó un valor astronómico. Sin embargo, la pérdida de acceso a su monedero lo dejó fuera de la que podría ser una de las mayores ganancias personales en el ecosistema cripto.
¿Cómo Rain Lõhmus perdió una fortuna en Ethereum?
Según datos on-chain compartidos por Arkham, el también fundador del LHV Bank, recibió sus 250,000 ETH el 30 de julio de 2015. En aquel entonces, el acceso a carteras solía depender de archivos protegidos por contraseña (JSON keystore) y las frases semilla de 12 o 24 palabras no eran el estándar actual. Las hardware wallets tampoco gozaban de popularidad.
El propio Lõhmus reconoció en 2023 que no ha hecho grandes esfuerzos para recuperar el acceso, alegando que perder contraseñas le ocurre con frecuencia. Su caso recuerda al de James Howells, quien perdió miles de Bitcoin (BTC) al desechar un disco duro.
“No es ningún secreto que tengo una cartera con 250,000 unidades de Ethereum; cualquiera puede calcular por sí mismo cuánto vale”, lamentó Lõhmus en ese momento.
El reciente rally de Ethereum, que en la última semana aumentó 23% y se acercó a su máximo histórico, hace más impactante la magnitud de esta pérdida. Para la mayoría, este incremento es motivo de celebración; para Lõhmus, solo refuerza la frustración.
Al momento de la publicación, Ethereum cotiza a 4,717 dólares, según datos de BeInCrypto. De esta forma, los ETH inaccesibles de Lõhmus tienen una valoración de 1,1 mil millones de dólares.
“Pero para mí es muy común perder contraseñas. Hoy fui a renovar las contraseñas de mi tarjeta de identidad; si fuera cripto, estaría de nuevo en una gran crisis”, añadió el fundador del LHV Bank.
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Lecciones sobre seguridad en criptomonedas
Más allá del asombro por la cifra perdida, el caso pone sobre la mesa la relevancia de implementar medidas de seguridad. La custodia personal de criptomonedas implica la responsabilidad total sobre las claves privadas. Sin ellas, los fondos son irrecuperables.
Respaldos físicos de frases semilla y el uso de hardware wallets son hoy prácticas comunes para prevenir situaciones como la de Lõhmus. Estas soluciones permiten mantener el control total del activo y reducir la exposición a errores humanos o fallos tecnológicos.
“Estoy totalmente de acuerdo en que este es un punto muy débil del sistema, que te hace pensar que esta descentralización perfecta tiene otros riesgos en los que normalmente no piensas”, dijo entonces el inversor.
El episodio de Rain Lõhmus no solo es una anécdota llamativa, sino también una advertencia para todos los participantes del ecosistema cripto. La volatilidad de los precios no es el único riesgo; la seguridad de los activos digitales depende enteramente de quien los custodia.
En un entorno donde una clave privada puede significar la diferencia entre la riqueza y la pérdida total, este caso subraya que la gestión responsable de las credenciales es tan crucial como la propia estrategia de inversión.
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