La crisis económica argentina sigue viva con los mismos problemas de siempre. Así lo demuestran los últimos acontecimientos en materia monetaria y los datos inflacionarios que están por llegar sobre el mes de agosto que se podrían empeorar en una eventual devaluación.
Así lo reporta Infobae quien reseña que el equipo económico de la presidencia de Alberto Fernández se estaría preparando para una inflación que llegue a cifras que ronden los 6.5 a los 7%, llevando así a la inflación acumulada a unos 80% en lo que va del año y llevando las previsiones de cierre del año a 100%.
Pero hay un problema mayor que el equipo económico liderado por el ministro de economía Sergio Massa quiere evitar, una devaluación que dispare la inflación.
Y es que desde este lunes y motivado a filtraciones hechas por el ala kirchnerista del gobierno, viene rondando en los mercados argentinos la preocupación de que el gobierno devalúe la tasa del dólar oficial, dándole más gasolina a la inflación.
Ante esto, miembros del grupo de Massa, entre ellos, su mano derecha Gabriel Rubinstein, han asegurado que las filtraciones son mentira y desde el ministerio de economía no se plantean una devaluación.
“En función de cosas que están apareciendo en Twitter, de que el jueves va a haber una devaluación por algo que podría haber pensado yo. Les aseguro 100% que no va a haber devaluación, por lo menos no este jueves”.
Ahora bien, esto no sígnica que la inflación se vaya a detener. Según el reportaje de Infobae, muchos analistas esperan que cerrar el año con un acumulado de 100% de inflación es sumamente probable en Argentina.
Una de las voces que asegura esto es Marina Dal Poggetto, fundadora de la consultora ECO GO, quien explica que, a la dinámica inflacionaria, que este julio tocó los 7.4%, se le deben agregar una serie de subidas a los precios de servicios como la educación y el transporte público, un indicador de lo que está por venir.
“No hay anclas y la inflación se encamina a los 3 dígitos: semana a semana rompen todos los instrumentos de política económica”.
Lo mismo piensa el socio de la consultora C&T, Camilo Tiscornia, quien asegura que la inflación en agosto tocará los 6.5% y que, a pesar de varios detalles positivos, el aumento del precio de ciertos productos elevará a la inflación.
“Las tasas de interés más altas, el tratar de reducir el déficit fiscal y el no recurrir a los adelantos del Banco Central van en la dirección correcta. Pero en estos meses se dispararon muchos mecanismos de indexación (empezando porque mueven más rápido el dólar oficial) que le dan mucha inercia a la inflación, más allá de todo lo que ya emitieron. Si suponemos una inflación del 6,5% en agosto y estimamos 4% en promedio hasta fin de año, da 82%, una cifra que ahora luce inalcanzable. Con 5% mensual da 89% anual y con 6% mensual, 97 por ciento”.
Ante una posible devaluación
Argentina vive un momento complejo con la amenaza de más inflación en el panorama. Si bien el gobierno de Fernández está luchando en todos los frentes posibles para reducir la crisis económica y llegar con vida a las elecciones del 2023, la situación sigue siendo compleja.
Y es que el plan de Massa es controlar y reducir la inflación aplicando un plan fiscal que organice las cuentas del Estado, pero para que este tenga éxito, va a ser necesario que se haga una devaluación, algo que se teme que acelere la inflación, como se explicó al principio.
El problema central de esto es que existe una brecha entre el dólar “bursátil” y el del mercado, generando el escenario perfecto para que la inflación siga subiendo, así lo explican desde Analytica quienes clasifican como “critico” la necesidad de hacer un ajuste en el tipo de cambio.
“Los riesgos son claros. Por un lado, con estos niveles de brecha se están incubando las condiciones para un nuevo rebote inflacionario ya que los precios de los bienes siguen rezagados respecto a la evolución del dólar bursátil. Por otro, si crece la percepción de cambio de signo político para fines de 2023 aumentan las probabilidades de una unificación cambiaria (con devaluación incluida) y así, se podrían anticipar estas dinámicas de ajuste de los precios a la evolución de los dólares financieros de los próximos meses”.
Como se explica, el ministro Massa se encuentra en un dilema a la hora de tomar decisiones económicas. No tomar las medidas necesarias pueden complicarlo todo para las aspiraciones tanto políticas como económicas del gobierno en un momento global bastante crítico.
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