El pasado 10 de julio, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó la primera reforma tributaria del presidente Luis Ignacio Lula da Silva, la cual pasó al Senado para su discusión y aprobación. Si el Senado decide hacer modificaciones, la iniciativa volvería al Congreso de Brasil.
De aprobarse, la reforma tributaria de Luis Ignacio Lula da Silva entraría en vigor hasta 2033, debido a la polémica por su aprobación en fast track por el Congreso. Incluso, el ministro de Hacienda brasileño, Fernando Haddad, advirtió que el gobierno “no esperaría” a que el Congreso tardara en aprobar la reforma. La reforma fue calificada de “histórica”, ya que varios gobiernos intentaron crear su propia ley sin éxito.
Reforma tributaria se enfoca en recaudar a ricos y cashback a pobres
Desde 2026, la reforma tributaria fusionaría cinco gravámenes en un Impuesto de Valor Agregado (IVA), que tendría tasas federales y regionales individuales, devolución de impuestos a familias de bajos ingresos (cashback), menor tasa para salud y educación, recaudación del impuesto a propietarios de aviones, yates y lanchas.
Congresistas coinciden que la reforma busca colocar a los pobres en el Presupuesto y a los ricos en el Impuesto a la Renta. Entre las principales críticas a la reforma tributaria fue su acelerada aprobación y que careció de análisis, impacto y proyecciones en sus propuestas. Una de las voces más críticas fue del senador, Rogério Marinho:
“Es un Frankenstein tributario. Es preocupante la prisa en votar la reforma tributaria, sin un análisis cuidadoso y datos claros de la Receita Federal. Necesitamos tiempo para entender los impactos en todos los sectores y municipios. Ya pagamos el 34% del Producto Interno Bruto en impuestos, sin servicios de calidad a cambio. No es hora de la magia, es hora del sentido común.”
La reforma tributaria de Lula da Silva no tiene fecha de votación en el Senado de Brasil, pero luce complicado que tenga ajustes, ya que la iniciativa abarca más de 100 acciones aplicables en 4 años. Incluso, contempla créditos de carbono, exploración de litio y hasta “tierras raras”.
No obstante, Luis Ignacio Lula da Silva busca que el Senado apruebe antes de fin de año la reforma tributaria, ya que busca intervenir en el Banco Central:
“Espero que el Senado repita lo que hizo la Cámara baja para que podamos llegar a fin de año con una nueva política tributaria aprobada. El jefe del banco central es un tipo testarudo, pero las tasas de interés empezarán a bajar pronto.”
¿Cuál es el impacto de la reforma tributaria a las criptomonedas en Brasil?
Una de sus promesas de campaña de Luis Ignacio Lula da Silva fue crear una “moneda única” para Latinoamérica, lo cual reduciría la dependencia del dólar estadounidense. Lula buscaba que la moneda se llamara el SUR, y que estuviera planificada para 2023. Aunque unificara la región, lo cierto es que la emisión de la moneda habría requerido que fuera liderada por un banco central, como si se tratara de una CBDC.
El presidente de Brasil presumió a inicios de año que intervendría en la soberanía del Banco Central, alegando que se requiere un mejor control de inflación, un nuevo régimen fiscal, una mejora en el techo de gastos. Incluso, Lula ahondó que el Banco Central de Brasil necesita una mejor política de tasa de interés. Aunque no mencionó explícitamente alguna intención de promover o frenar las criptomonedas, lo cierto es que la “moneda única” chocaría con la actual CBDC que desarrolla el banco central local.
El real digital aún se encuentra en la etapa de desarrollo, pero se espera que se lance a fines de 2024. Estará diseñado para ser interoperable con otros sistemas de pago, lo que significa que será fácil de usar tanto para los traders como para los consumidores. Además, buscaría reducir la cantidad de fraude y corrupción en el sistema financiero brasileño, la misma meta que persigue el presidente Lula da Silva.
FMI advierte “problemas de tributación” de las criptomonedas en el mundo
Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) expuso que la la tributación de las criptomonedas sigue siendo un desafío fiscal. Incluso, lo calificó de “complejo y enigmático” para los gobiernos del mundo. No solo eso, acusó que las criptomonedas se desarrollan a una velocidad “desconcertante” y que dejaron a los sistemas tributarios con la “lengua de fuera”.
Para el FMI, cada año se pierden hasta 400,000 millones de euros en ingresos fiscales debido a los problemas de tributación presentados por las criptomonedas. Mientras tanto, la votación de la reforma tributaria en Brasil permanece polarizada. Incluso, cualquier movimiento podría estancar la eventual intervención de Lula da Silva en la soberanía del Banco Central de Brasil.
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