La red de fraude financiero encabezada por los hermanos Daniel y Camilo P. podría sentarse en el banquillo por haber captado cerca de cuatro millones de euros bajo la fachada de una academia de coaching financiero y liderazgo llamada Generación Zoe.
Así lo propone el juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, quien imputa a 18 personas por delitos de organización criminal, estafa continuada y blanqueo de capitales.
La Audiencia Nacional destapa la estafa piramidal de Generación Zoe en España
Según el auto del Juzgado Central de Instrucción 4, los acusados habrían montado en España una réplica de la estafa piramidal nacida en Argentina, que combinaba promesas de rentabilidades inusuales, un monedero cripto sin respaldo real y la compra de bots financieros que ofrecían ingresos automáticos. Todo ello apoyado por una estrategia de marketing agresiva en redes sociales y mensajes en canales como WhatsApp y Telegram.

La estructura criminal, apunta Calama, se sostenía exclusivamente con los ingresos de nuevos miembros, sin que existiera una verdadera inversión detrás. El flujo constante de dinero fresco se usaba para cumplir, en parte, con los intereses prometidos a los primeros inversores, generando una apariencia de solvencia y éxito que incentivaba a las víctimas a reinvertir y a reclutar a más personas. Cada nuevo miembro implicaba una comisión del 20% para quien lo hubiese captado.
“Este esquema tipo piramidal no solamente se usaba para que los que habían invertido aportaran más dinero, sino para atraer a nuevas personas que invirtieran al ver los grandes beneficios casi inmediatos que percibían los anteriores inversores”, señala el magistrado.
La supuesta actividad educativa y de desarrollo personal encubría, en realidad, un negocio sin base económica. Los fondos obtenidos eran utilizados para gastos personales de los líderes, incluyendo la compra de inmuebles, vehículos de lujo, reintegros en efectivo y desvíos hacia Andorra o Estonia. La publicidad también era un componente esencial del engaño, y como parte de esa estrategia, Generación Zoe España llegó a anunciar que gestionaba al Club Atlético Saguntino en 2021.
Generación Zoe habría desviado millones de su estafa en criptomonedas a lujos y paraísos fiscales
Los clientes eran captados primero a través de membresías de al menos tres años y luego se les ofrecían “bots” que prometían retornos rápidos. Con el tiempo, la empresa dejó de utilizar transferencias y pasó a operar únicamente con efectivo.
El crecimiento de esta supuesta inversión se sostenía artificialmente gracias a un constante reciclaje del dinero entrante. Como indica el juez, Generación Zoe nunca destinó los fondos a inversiones productivas, sino que los canalizaba hacia otras sociedades sin actividad real.
La resolución judicial concluye que el negocio no era más que una simulación montada sobre un aparato de publicidad eficaz, diseñada para dar la sensación de que siempre se ganaba. Sin embargo, detrás del discurso de desarrollo personal y promesas de libertad financiera, se ocultaba una maquinaria de estafa piramidal de manual.
Fiscalía y las acusaciones particulares tienen ahora diez días para presentar sus escritos, mientras se mantiene el sobreseimiento provisional para dos investigados y continúan vigentes las órdenes de busca y captura para otros tres declarados en rebeldía.
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