Cuando Satoshi Nakamoto publicó el whitepaper de Bitcoin el día de Halloween de 2008, definía su creación como un medio de pago global sin intermediarios y entre usuarios.
La idea de Nakamoto era la creación de una divisa digital que no estuviera dominada por las grandes instituciones, ni las privadas (bancos), ni las públicas (bancos centrales).
Bitcoin ha sido la gran revolución financiera de los últimos 200 años, en gran parte debido a las características que señala Nakamoto en su whitepaper: Bitcoin era un moneda entre pares, con una emisión limitada.
La creación de Nakamoto tenía varios objetivos, pero entre ellos destacaba la idea de proteger a los usuarios de los efectos más negativos de la economía mundial como la falta de acceso al dinero y la inflación.
De hecho, Bitcoin se creó para que tuviera un suministro limitado, lo que la convierte en un activo deflacionario.
Esta característica le ha permitido esquivar el llamado “efecto Cantillon”, uno de los problemas más comunes del dinero y de otros activos tradicionales.
¿Qué es el efecto Cantillon?
Se trata de una teoría económica creada por el economista Richard Cantillon en el siglo XVIII y que intenta explicar qué impacto tiene la creación y distribución de dinero nuevo en ciertos sectores de la sociedad.
La teoría describe cómo la inflación en el suministro del dinero afecta a los diferentes grupos y sectores dentro de la economía, y de cómo esto genera desigualdad en la distribución de la riqueza.
El efecto Cantillon señala que cuando se introduce dinero nuevo en la sociedad no se hace de forma uniforme. El dinero nuevo llega primero a los bancos y las grandes instituciones financieras, que son quienes más se benefician de tener un mayor poder adquisitivo antes de que los precios suban.
Por ejemplo, si un banco comercial recibe un préstamo de dinero recién creado, puede comprar activos financieros antes de que los precios se ajusten a esta nueva oferta.
El resultado es que estas instituciones obtienen grandes beneficios comprando activos antes de que la inflación impacte en sus precios.
Al mismo tiempo, los usuarios minoristas ven reducido su poder adquisitivo a causa del aumento de los precios.
Podríamos resumir los efectos del efecto Cantillon en una especie de ciclo:
- Expansión monetaria: los bancos centrales crean más dinero a través de la impresión o la compra de activos.
- Beneficio temprano: los bancos comerciales e instituciones financieras reciben dinero antes que los ciudadanos.
- Compra de activos: al recibir el dinero compran activos (bienes raíces, acciones o Bitcoin) de forma temprana.
- Aumento de los precios: a medida que se inyecta el dinero nuevo en la economía, los precios de servicios y bienes aumentan (inflación).
- Pérdida de valor adquisitivo: el usuario minorista, que es el último en recibir el dinero, ve cómo se reduce su poder adquisitivo por la inflación.
Bitcoin y el efecto Cantillon
En la teoría económica, el dinero y el ahorro de los consumidores ven reducido su valor a medida que aumenta la inflación.
Un ejemplo claro de este efecto podría ser la crisis económica de 2008, la misma que impulsó la creación de Bitcoin.
En aquel momento, vimos cómo los grandes bancos y las grandes fortunas, a pesar de sus malas actuaciones, fueron rescatadas mediante la inyección de grandes cantidades de dinero nuevo.
Los Bancos Centrales inyectaron miles de millones en la economía mundial, beneficiando a los bancos comerciales y a las grandes entidades financieras, pero perjudicando a los usuarios cuyo dinero perdió gran parte de su valor debido a la inflación.
Por suerte, Satoshi Nakamoto tuvo la genial idea de crear una herramienta financiera capaz de evitar este efecto nocivo y proteger al usuario minorista ante la pérdida de valor de su dinero.
¿Cómo protege Bitcoin del efecto Cantillon?
Bitcoin está sujeto a una serie de reglas económicas muy claras: emisión limitada y estructura de funcionamiento descentralizada.
Estas dos características únicas influyen directamente en la redistribución de la riqueza de Bitcoin, contrarrestando los efectos de la inflación característicos del efecto Cantillon.
De hecho, en los últimos 10 años, el poder adquisitivo de cualquier persona ha descendido bastante, mientras que hace 10 años Bitcoin tenía un valor de 580€ y en estos momentos, supera los 61.000€.
Bitcoin permite cierta redistribución de la riqueza, ya que protege al individuo de los efectos negativos del efecto Cantillon en la economía, gracias a que la emisión está limitada.
Por otra parte, Bitcoin permite a cualquier persona con una conexión a Internet acceder a servicios financieros, desde cualquier parte del mundo y en cualquier momento. Esta característica es importante, ya que fomenta la inclusión financiera de usuarios en riesgo de exclusión o en exclusión.
Conclusión
A día de hoy, Bitcoin tiene más valor que cualquier otra moneda fiat y que la inmensa mayoría de los activos financieros tradicionales.
Todo esto ha sido posible gracias a que Bitcoin ha seguido sus propias reglas, totalmente diferentes a las del sistema financiero tradicional, lo que ha permitido a la gente refugiarse en un activo deflacionario, que no ha parado de ganar valor desde su lanzamiento.
Sin embargo, Bitcoin se enfrenta al reto de la gran demanda institucional, provocada por los ETF que podría absorber la oferta circulante de BTC, impidiendo al usuario minorista acceso al activo de forma natural y obligándolo a hacerlo a través de sus propios productos financieros relacionados con Bitcoin.
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