Un grupo de escritores ha demandado a la empresa de tecnología OpenAI, creadora de ChatGPT, por entender que infringe derechos de autor al utilizar su propiedad de forma ilegal. Para los autores, la Inteligencia Artificial (IA) habría sido entrenada con textos protegidos por leyes sin previa autorización.
De acuerdo con los trazos gruesos de la denuncia, presentada públicamente por los autores Michael Chabon, David Henry Hwang, Rachel Louise Snyder, y Ayelet Waldman, OpenAI se benefició e incluso obtuvo ganancias económicas luego de que ChatGPT empleara el contenido de sus producciones para generar textos variados.
Qué dice la demanda presentada por escritores contra el creador de ChatGPT
Las consideraciones generales de la presentación efectuada por los escritores apuntan a un problema que la empresa señalada viene enfrentando hace tiempo: valerse del trabajo ajeno para conseguir beneficios propios. A esto se añade, claro, el hecho de no pagar por ese usufructo.
El texto presentado por los trabajadores señala:
“Los actos de infracción de los derechos de autor de OpenAI fueron intencionales, deliberados y con desprecio a los demandantes. La empresa sabía que los conjuntos de datos con los que se entrenaba a la IA generativa contenían materiales protegidos”.

La escritora Rachel Louise Snyder explicó sus motivaciones para unirse a la demanda. Lo hizo mediante un posteo en la plataforma X:
“Me uní a una demanda contra OpenAI (propietario de ChatGPT) por infracción de derechos de autor. Espero que esto ponga algunos límites a la IA para proteger a los escritores no solo de mi generación, sino de muchas generaciones venideras”.
No es la primera vez que los escritores se pronuncian en contra de la IA
En julio pasado unos 10 mil escritores señalaron una situación idéntica a la patentizada ahora. En aquella ocasión refirieron que se trataba se un acto de injusticia desarrollar Inteligencia Artificial generativa (IAG) con la que se producían ganancias.
Además, apuntaron que esa misma tecnología se entrenaba con material protegido como sus obras. Es decir, una especie de circulo que se retro alimentaba para, posiblemente en un futuro no tan lejano, prescindir de sus servicios.
“La IA generativa se basa profundamente en el lenguaje usado por los autores, historias, estilos e ideas. Millones de libros, artículos, ensayos y poemas que están protegidos sirven como la base fundamental para los sistemas de IA y no reciben ninguna compensación por esta contribución”.
La acusación fue más allá. Sostuvo que los sistemas de IA directamente copian el material dentro de su software sin siquiera “leerlo”. La presidenta del gremio de autores, Maya Shanbhag Lang, pidió que sus representados perciban parte de las ganancias obtenidas por el material que surge de su trabajo.
“Nuestro trabajo no puede ser usado sin nuestro consentimiento, crédito y compensación. Las tres cosas son un deber”.
Los trabajadores trasladaron una serie de demandas que consideraron necesarias para el contexto que se vive con la irrupción de la IA.
- Pedir permiso para usar material protegido por leyes de derechos de autor en programas de IA
- Retribuir una paga justa por el uso de su trabajo con fines de entrenamiento de la IA
- Pagar a los escritores por la utilización de su trabajo, más allá de si las producciones de la IA infringen normas vigentes
El conflicto en Hollywood que también tiene como protagonista a la IA
La industria cinematográfica también enfrenta reclamos por el uso de la IA. En medio de la reciente huelga de escritores en Hollywood, la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) propuso nuevas protecciones contra la creciente influencia de la IA.
En agosto pasado acercaron una nueva oferta en la que se destaca la importancia de las personas en el proceso creativo. La propuesta establece firmemente que el contenido generado por IA no será clasificado como “material literario” y asegura proteger y compensar a los autores. No obstante, la nueva iniciativa no pudo destrabar el conflicto.

En una reciente entrevista con la revista Rolling Stone, Stephen King se mostró en solidaridad con los guionistas en Hollywood, expresando su apoyo a los afectados por el uso de IA con fines que derivan en un reemplazo laboral sin compensación. El autor, no obstante, consideró que en el ámbito literario no existe un temor de esa índole para con la tecnología.
“Me resulta muy, muy difícil creer que la IA, hasta que alcance la sensibilidad real, que está muy lejos todavía, pueda escribir cualquier cosa”.
Cabe recordar que en el caso de los autores que trabajan para los estudios de Hollywood, previo a la activación de la huelga, han puntualizado sobre la nueva tecnología en una lista de reclamos. La opinión de la industria discográfica sobre la IA fue mucho más contundente que Hollywood.
La respuesta casi inmediata de Universal Music Group cuando la música generada por IA empezó a aparecer en los servicios de streaming fue un contundente mensaje para retirarla, además de advertir con demandas judiciales.
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