La empresa ya ha evitado que el equivalente a mil millones de botellas PET contaminen los océanos del mundo y trabaja para mejorar las condiciones de vida de los recolectores con la ayuda de la tecnología blockchain.
Plastic Bank, una empresa social canadiense que ayuda a evitar que el plástico contamine los océanos, alcanzó el hito de más de 1 millón de kilogramos de materiales plásticos, el equivalente a 54 millones de botellas PET, recolectados para reciclar en Brasil.
Este hito representa el compromiso de la empresa de acabar con el plástico de un solo uso, al tiempo que mejora la vida de los recolectores en comunidades vulnerables.
Plastic Bank construye ecosistemas de reciclaje en comunidades costeras y reprocesa materiales para reintroducirlos en la cadena de suministro de fabricación global.
Los recolectores involucrados en el trabajo reciben bonos por los materiales que recolectan, ayudándolos a cubrir necesidades básicas y vivir en mejores condiciones socioeconómicas.
El reciclaje utiliza la tecnología blockchain
Fundado por David Katz en 2013, Plastic Bank actúa en Brasil desde 2019. La empresa establece alianzas, estructura puntos de recolección selectiva y registra profesionales asociados en un programa que ofrece compensación adicional por el volumen de material recolectado.
El trabajo en el país comenzó en Río de Janeiro, donde Plastic Bank se asoció con 18 puntos de recolección selectiva y apoyó la apertura de cuatro centros dedicados exclusivamente a recibir plástico. Hoy, hay más de 2.490 coleccionistas registrados en el programa. En este sentido, David Katz expresó:
“Estamos felices de alcanzar la marca de 1 millón de kilos de plástico recolectados en Brasil, porque esto nos acerca a nuestra visión de generar impacto ambiental, social y económico positivo en todo el mundo”
Por su parte, la Gerente General de Plastic Bank en Brasil, Helena Pavese, dice que las posibilidades de expansión son enormes, considerando la intersección entre contaminación y pobreza en el país:
“En Brasil, un territorio con una costa tan extensa, todos deben tener una misión clara para ayudar a reducir el volumen de plástico que llega a los océanos. La interfaz más visible de la degradación ambiental y la pobreza es el desperdicio”.
La plataforma blockchain de Plastic Bank asegura todas las transacciones y permite la visualización de datos en tiempo real, lo que garantiza la transparencia, la trazabilidad y la escalabilidad del proceso de reciclaje de plástico.
Como resultado, todo el material recolectado se convierte en el llamado Plástico Social que, después de su procesamiento, puede reintegrarse rápidamente en nuevos productos y empaques, como parte de una cadena de suministro circular. Helena Pavese explica:
“La posibilidad de rastrear todas las transacciones, desde su origen y con el apoyo de blockchain, y los beneficios para las comunidades es lo que hace posible el sello Plástico Social. Esto se debe a que cualquiera puede, a través de una verificación de datos en el sistema, ver a todos los actores de la cadena y confirmar que el material que se vende proviene del ecosistema de reciclaje de Plastic Bank”.
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