El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha detenido a dos hermanos, Anton y James Peraire-Bueno, por un presunto ataque a la red Ethereum (ETH). Como resultado de este ataque, robaron 25 millones de dólares en criptomonedas.
Anton y James Peraire-Bueno desarrollaron un esquema único que les permitió manipular transacciones en la blockchain. Sin embargo, por ello, los hermanos se enfrentan a hasta 20 años de prisión, según un comunicado de prensa del Departamento de Justicia.
Dos hermanos roban 25 millones de dólares en ETH
Ayer 15 de mayo, Anton y James Peraira-Bueno fueron acusados de conspiración para cometer fraude, fraude y lavado de dinero. Esto es lo que hicieron:
- Estudiaron los hábitos de trading de sus víctimas. Los hermanos analizaron cómo los usuarios realizan transacciones y qué montos transfieren.
- Encontraron una vulnerabilidad en el proceso de procesamiento de transacciones en la red Ethereum. Normalmente, las transferencias pasan por varias etapas de verificación antes de que finalmente se registren en la blockchain.
- Anton y James pudieron intervenir en el proceso de procesamiento de las transacciones pendientes. Se las arreglaron para cambiar los detalles de las transferencias, redirigiendo los fondos a sus propias direcciones en lugar de a las direcciones de los destinatarios legítimos.
Los hermanos pasaron varios meses desarrollando su plan. Y les llevó un total de 12 segundos implementarlo. Era casi imposible notar el funcionamiento de los hermanos en tiempo real.
Para prepararse, los Peraire-Bueno buscaron en Internet información sobre cómo llevar a cabo su operación, ocultar su participación y lavar dinero. Además, incluso consultaron con abogados sobre cómo funciona la extradición.
El daño causado por los atacantes ascendió a 25 millones de dólares en ETH. Según el agente especial Thomas Fattorusso, los hermanos “realizaron una manipulación única en su tipo de la blockchain Ethereum“.
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¿Cómo fueron atrapados?
A pesar de que a los Peraire-Bueno les llevó muchos meses desarrollar tal plan, no estuvo exento de fallas. En particular, los agentes lograron llegar a los hermanos gracias a los rastros digitales en la blockchain.
Los agentes del orden analizaron la cadena de transacciones de fondos robados e identificaron las cuentas desde las que se realizaron las transferencias anómalas.
Además de utilizar métodos tecnológicos, los agentes también recurrieron a métodos de investigación tradicionales. Los investigadores llevaron a cabo registros e interrogatorios, lo que les permitió recopilar pruebas adicionales.
Además, Anton y James cometieron varios errores. Usaron las mismas direcciones IP y dispositivos para iniciar sesión en diferentes exchanges. Los agentes también encontraron todas sus consultas de búsqueda relacionadas con el lavado de dinero y la evasión de castigo.
Los cargos contra los dos hermanos conllevan una pena máxima de 20 años de prisión por cada delito.
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