Durante las horas más grises de la crisis de FTX salió una noticia que sorprendió a muchos principalmente por su timing. Y es que el 11 de noviembre, en el chat de Telegram de la empresa se anunció que la plataforma había sido hackeada, sus fondos habían sido robados y sus aplicaciones eran un malware.
El motivo por el que el timing es importante en esta historia está en el hecho de que horas antes de que se informara sobre el supuesto hackeo que sufrió la empresa, desde Twitter se denunciaba que 400 millones de dólares en fondos de la plataforma se habían movido sospechosamente a una única cuenta.
Tanto fue la sospecha de este movimiento que el consejero general de FTX, Ryne Miller, afirmó que estaban investigando a todos los movimientos anormales y sospechosos que se dieron en esos días.
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El tiempo ha pasado y ya no es únicamente FTX quien está investigando, sino que ahora el Departamento de Justicia (DoJ) de Estados Unidos ha comenzado su propia investigación del caso para esclarecer lo sucedido con esos fondos en medio de toda la investigación y acusación que se está dando con Sam Bankman-Fried y el manejo de FTX.
El hack se atiende de manera separada
Según Bloomberg, el DoJ está investigando este hack de forma separada al caso de SBF a través de su departamento encargado de criptomonedas. El motivo de esto es que al no haber suficientes pruebas para ligarlo con el caso Bankman, el DoJ optó por atender este caso de forma separada a la espera por ver si fue un hack hecho por algún miembro de la empresa o si es obra de algún delincuente externo.
Lo resaltante es que el movimiento de fondos ocurrió. El actual CEO de FTX, John Ray III confirmó que hubo un “acceso no autorizado” durante las horas previas a la declaración de bancarrota, mientras que Bankman, en conversaciones privadas, sospecha que fue un ataque interno.
Faltará por ver que arroja las investigaciones que están realizando el DoJ en empresa con el fiscal del distrito de Nueva York, el departamento que también está tratando el caso SBF.
