Un cripto invierno largo es brutal. Algo así como una experiencia cercana a la muerte que lo trastoca todo.
Después de superar la conmoción, es crítico abstraerse del ruido y tratar de entender lo que realmente está ocurriendo.
Prueba de vida: product-market fit
Una prueba de vida es un procedimiento que demuestra que algo o alguien está vivo. En los negocios, la “vitalidad” depende de que exista necesidad en el mercado, y un producto que los usuarios quieran comprar porque satisface esa necesidad. Ese es precisamente el concepto de “product-market fit”. Fácil de entender, dificilísimo de conseguir.
¿Tiene cripto algún tipo de “product-market fit”? Cripto es un sector “start-up” y, más allá de los discursos utópicos y distópicos, la clave está en seguir las pistas de la adopción y los ingresos: usuarios que pagan (con dinero, confianza, atención, energía o tiempo) por usar una blockchain, protocolo o aplicación.
No se trata de grandes teorías. Se trata de buscar hechos objetivos y detalles concretos. Detalles sobre si, y cómo, se está usando la tecnología hoy en día.
PMF #1: Tokens negociables
Los tokens son representaciones digitales de propiedad registradas en blockchains y que pueden intercambiarse. A pesar del pesimismo, el valor de mercado de los cripto-activos supera el trillón de dólares. Diariamente, se negocian billones en mercados spot y, casi un orden de magnitud más, en mercados de derivados.
El mercado demanda:
- Activos especulativos líquidos.
- Activos digitales fáciles de crear, transferir e intercambiar.
- Intercambios internacionales de capital baratos, rápidos y disponibles 24/7.
Y los tokens negociables ofrecen todo lo anterior a cualquiera con acceso a Internet: un Wall Street sin fronteras, en el que cualquiera puede participar.
PMF #2: Stablecoins
Las monedas estables son activos digitales diseñados para que su valor esté asociado al de monedas fiduciarias. A día de hoy, hay $120 billones en monedas estables, y se intercambian diariamente más de $25 billones con stablecoins.
El mercado demanda:
- Moneda fiduciaria para negociar contra cripto-activos volátiles.
- Cuentas corrientes “off-shore” resistentes a la censura.
- Pagos internacionales baratos, rápidos y disponibles 24/7.
Y las stablecoins ofrecen todo lo anterior a cualquiera con acceso a Internet: un “banco suizo en la nube”, sin depósito mínimo, que permite pagos baratos y rápidos.
PMF #3: Collectibles
Los “collectibles” son copias únicas o de edición limitada de un artículo virtual cuya propiedad está registrada en una blockchain. NFTs, memecoins, e incluso Bitcoin, son, en esencia, coleccionables digitales.
Más allá de la demanda especulativa que atraigan por su naturaleza negociable, los coleccionables son, fundamentalmente, bienes posicionales. Bienes deseables por su oferta limitada y a que definen la posición relativa de sus dueños en una subcultura determinada. Obviamente, lo que se considera un bien posicional varía dependiendo de las normas culturales. Pero dado un grupo de personas lo suficientemente grande, unido por normas culturales compartidas y estables, los coleccionables pueden convertirse unidad de cuenta, medio de cambio y reserva de valor para ese grupo (en resumen, “dinero“).
Incluso en el cripto-invierno, los dominios de Ethereum (ENS), memecoins como Dogecoin o Shiba Inu, o colecciones de NFTs como BAYC o CryptoPunks valen miles de millones cada una.
El mercado demanda:
- Identidades basadas en pruebas digitales de propiedad.
- Manifestaciones digitales de riqueza (bienes de Veblen en Internet).
- Formas privadas de dinero digital.
Y los “collectibles” ofrecen todo lo anterior a cualquiera con acceso a Internet: objetos tribales para construir una identidad digital, presumir, conseguir acceso e incluso intercambiar valor dentro de una comunidad online.
¿Hacia dónde vamos?
No, las criptomonedas no están muertas. Los signos de product-market fit están a la vista. Proyectos como Tether, Circle, Uniswap, Lido, OpenSea, o GMX generan cientos de millones, e incluso billones de dólares en ingresos (sin mencionar los exchanges centralizados como Binance o Coinbase) por satisfacer la demanda de “Tokens negociables”, “Stablecoins” y “Collectibles”.
Cripto es un sector “start-up”, aún diminuto, sujeto a vaivenes extremos e incertidumbre radical, pero que tendrá éxito en la medida en que (I) satisfaga demandas reales, (II) perdure en el tiempo y (III) acierte al menos una vez.
I. Utilidad
UniSwap generó $557 millones en el último año con un equipo ridículamente pequeño. Un salto cuántico en eficiencia y productividad, habilitado por las nuevas tecnologías.
La tecnología que se está construyendo es más eficiente, y por eso instituciones financieras tradicionales, bancos centrales e incluso gobiernos están tomando prestados conceptos y utilizando productos de la industria cripto.
II. Crecimiento exponencial
Cripto es muy pequeño en comparación con el sistema financiero tradicional. Pero, si algo crece a interés compuesto durante un período lo suficientemente largo, una pequeña base inicial puede llevar a resultados que desafían cualquier lógica. Esa es la magia de los fenómenos exponenciales.
La industria ha pasado de ~$100 billones en 2019 a ~$1 trillón en 2023. Ese ritmo de crecimiento haría que las criptomonedas sean una activos de $10 trillones en solo cuatro años, y un activo de $100 trillones en una década (equivalente al valor conjunto de los mercados americanos de acciones y bonos)
Parece una locura, porque es una locura. Porque proyectarse hacia el futuro no es intuitivo. Pero el crecimiento exponencial es increíble.
III. Sucesos raros y Cisnes Negros
Como dice Morgan Housel, “cualquier cosa enorme, famosa o influyente es el resultado de un suceso raro”. Muy pocos sucesos son responsables de la mayoría del resultado.
No hace falta hacerlo todo bien. Muchas cosas pueden salir mal, romperse y fallar. El ecosistema cripto solo necesita hacer una cosa bien y seguir haciéndola durante el tiempo suficiente para permitir que el interés compuesto haga su magia.
Existe demanda real para la transferencias de valor a través de internet. Y no es difícil pensar en catalizadores que puedan multiplicar esa demanda:
- Cada vez más activos del mundo real tokenizados.
- Vidas cada vez más digitales e identidades online cada vez más valiosas.
- Crecimiento del e-commerce y de la economía de creadores digitales.
- Trabajo cada vez más online y remoto.
- Comunidades online evolucionando hacia formas de acción económica y política cada vez más coordinadas.
- Nuevos estados fallidos, corrupción interna e infraestructuras financieras desmoronándose.
- Los mundos físico y digital partiéndose en dos bloques encabezados por USA y China respectivamente, y necesitados de estados físicos y “digitales” neutrales (la Unión Europea, Suiza, Emiratos, Singapur, Bitcoin o Ethereum) que permitan flujos de capital y cooperación económica entre los imperios en competencia.
Y muchos más. Pero dejemos la especulación sobre el futuro, y lo que se necesita para llegar allí, para otro momento. Por ahora, sigamos construyendo.
Sobre el autor: Mikel Ayala
Mikel Ayala es Chief Growth Officer de Atani, la plataforma global de inversión en cripto-activos, y profesor visitante en el College of Europe, la principal institución educativa en el ámbito de la política pública europea. Previamente, trabajó en FinTech y Banca Digital durante una década con algunas de las principales entidades de Europa, USA y Latinoamérica.
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