Solana está considerando un cambio radical en su modelo económico que eliminaría aproximadamente 22,3 millones de SOL (2,9 mil millones de dólares) de las emisiones proyectadas durante los próximos seis años.
Como resultado, la propuesta aceleraría agresivamente la transición de la blockchain a un entorno de baja inflación.
SponsoredEl plan de Solana para ajustar el suministro corre el riesgo de asfixiar a casi 50 validadores
La medida, formalmente titulada SIMD-0411, propone duplicar la tasa de desinflación anual de la red Solana del 15% al 30%.
“Duplicar la tasa de desinflación requiere modificar un solo parámetro, lo que lo convierte en el cambio de protocolo más simple posible que ofrece una reducción significativa en la inflación. Este ajuste no consumirá recursos centrales de desarrollo. Tiene un riesgo mínimo de introducir errores o casos extremos imprevistos”, argumentaron los autores en GitHub.
Si se aprueba, Solana alcanzaría su objetivo de inflación “terminal” del 1.5% en aproximadamente tres años, es decir, para el 2029. Cabe destacar que ese hito estaba programado originalmente para el 2032.
Los defensores describen el actual programa de emisiones como un “balde con fugas” que diluye continuamente a los holders y crea una presión de venta persistente.
Al reducir el suministro, la red espera emular las mecánicas de escasez que históricamente han beneficiado a Bitcoin y Ethereum.
Sponsored“Nuestro modelo indica que, durante los próximos 6 años, el suministro total sería aproximadamente un 3.2% más bajo (una reducción de 22.3 millones de SOL) que bajo el actual programa de inflación. Al precio actual de SOL, esto equivale a aproximadamente 2.9 mil millones de dólares en emisiones reducidas. Las emisiones excesivas crean una presión bajista persistente en los precios, distorsionando las señales del mercado y dificultando la comparación justa de precios”, escribieron los autores.
Más allá del soporte de precios, el plan busca renovar la estructura de incentivos para las finanzas descentralizadas (DeFi).
Además, la propuesta argumenta que la alta inflación refleja las altas tasas de interés en las finanzas tradicionales, elevando el punto de referencia “sin riesgo” y desalentando el endeudamiento.
Considerando esto, Solana apunta a mover el capital de la validación pasiva a la provisión activa de liquidez al comprimir los rendimientos nominales de staking. Se proyecta que esos rendimientos caigan del 6.41% al 2.42% para el tercer año.
Sin embargo, este cambio hacia un “dinero fuerte” conlleva riesgos operacionales. La reducción de subsidios inevitablemente presionará los márgenes de los validadores.
La propuesta estima que hasta 47 validadores podrían convertirse en no rentables dentro de tres años al secarse las recompensas. Sin embargo, los autores describen este nivel de rotación como mínimo.
Aún así, plantea dudas sobre si la red se consolidará alrededor de operadores más grandes y mejor capitalizados que puedan sobrevivir solo con las tarifas de transacción.
A pesar de estas preocupaciones, el apoyo inicial de los principales jugadores del ecosistema sugiere que Solana está preparada para intercambiar crecimiento subsidiado por una mayor estabilidad. El cambio refleja un movimiento hacia posicionar la red como una clase de activo más madura, impulsada por la escasez.
