El gobierno de Bolivia ha decidido adoptar un enfoque innovador para abordar la crisis de combustible que enfrenta el país: el uso de criptomonedas para la importación de gasolina y diésel. Esta medida surge en respuesta a la escasez de divisas, que ha impedido cubrir el 100% de la demanda interna de carburantes, generando largas filas en los surtidores.
Según Armin Dorgathen, presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la implementación de activos virtuales forma parte de un programa de soluciones inmediatas para garantizar el suministro energético en el país.
Bolivia usará criptomonedas para importar combustible y evitar desabastecimiento
El Decreto Supremo 5348, recientemente promulgado, otorga a YPFB la facultad de realizar operaciones con criptomonedas a través de entidades bancarias públicas y otras corresponsalías del sistema financiero nacional.
De este modo, se busca agilizar los pagos internacionales para la compra de petróleo crudo, diésel y los insumos necesarios para la producción de gasolina. La falta de acceso a dólares ha llevado a las autoridades a explorar alternativas financieras que permitan mantener el flujo de importaciones y evitar un desabastecimiento mayor.
El mecanismo de pago propuesto consiste en que los sectores productivos, como la agroindustria y las cooperativas mineras, paguen en bolivianos a YPFB, que a su vez convertirá esos fondos en criptomonedas para realizar las compras de combustible. El tipo de cambio dependerá de la cotización del día, lo que introduce una mayor flexibilidad en las transacciones.
No obstante, esta medida ha generado incertidumbre en algunos sectores, debido a la volatilidad de los activos digitales y la posible variabilidad en los costos de importación.
YPFB busca institucionalizar pagos con criptomonedas ante la escasez de dólares
El contexto en el que se implementa esta estrategia es complejo. Actualmente, Bolivia solo logra abastecer entre el 60% y el 70% de su demanda interna de combustibles, con importaciones desde Chile y Perú, mientras que los puntos de compra en Argentina y Paraguay se encuentran paralizados.
La necesidad de recursos para garantizar el suministro es crítica: se requieren aproximadamente 60 millones de dólares semanales para cubrir el consumo nacional, pero la falta de divisas ha dificultado el pago a proveedores internacionales.
A pesar de que esta medida pretende ofrecer una solución a corto plazo, algunos sectores han manifestado su preocupación. Las cooperativas mineras, por ejemplo, han rechazado el precio del diésel sin subvención fijado en Bs 11,50 por litro, exigiendo una revisión de la tarifa. Además, persisten dudas sobre la estabilidad del sistema de pagos con criptomonedas y su impacto en los costos finales del combustible.
Bolivia no es el primer país en explorar el uso de activos virtuales para operaciones comerciales internacionales, sin embargo su contexto es completamente particular.
Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá de la capacidad del gobierno boliviano para gestionar los riesgos asociados a la volatilidad del mercado de a la vez que se garantiza la estabilidad del suministro energético.
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