La inflación ha sido el tema del año en el mundo. Con señales de alerta desde finales del 2021, todo explotó a partir del inicio de la guerra en Ucrania. Estados Unidos y Europa se vieron ante un escenario en donde se mezclaba una crisis en la cadena de suministro, una crisis energética y un problema de dimensiones únicas con la manufactura global.
Este escenario dio paso a una tormenta perfecta para que la inflación dejara de ser transitoria, como muchos esperaban, y se volviese un problema real que mensualmente rompía récords en datos que tenían décadas sin verse.
Ante esto, los principales bancos centrales del mundo decidieron tomar medidas. Liderados por la Reserva Federal (Fed), los bancos empezaron a subir las tasas de interés, revirtiendo una época en donde éstas estaban en su punto más bajo.
El objetivo de todo esto era controlar y reducir la inflación. Jerome Powell, presidente de la Fed, dijo que el objetivo de la institución era llevar a este indicador al 2% lo más pronto posible y para esto no tendrían problemas en seguir aplicando medidas restrictivas para lograrlo.
Tras esta declaración y tras subir varias veces a las tasas de interés, la inflación parece que se está desacelerando.
Después de tocar los 9.1% en junio de este año, la inflación en Estados Unidos reportada en julio bajó a los 8.5% y se espera que en agosto pueda tocar los 8.4%, esto abriéndole la puerta a lo que según JP Morgan sería un segundo semestre del 2022 con una inflación más baja.
Así lo han reseñado en un estudio en donde preveen que la inflación global podría caer hasta los 5.1% en lo que resta del año gracias a una normalización de las cadenas de suministro y a las medidas aplicadas por los bancos centrales. Pero esto no quiere decir que las políticas vayan a cambiar.
Las tasas seguirán subiendo
Sí, la inflación se está desacelerando, pero esto no quiere decir que se está desapareciendo, de hecho, hay áreas y países donde los costos seguirán subiendo.
Por ejemplo, el estudio de JP Morgan prevé que en Reino Unido la inflación pueda llegar hasta el 18% con un incremento de las tarifas de electricidad y de la energía en general a un punto crítico.
A su vez, los costos de manufactura en varios países seguirán en alza con un mercado laboral cada vez más reducido y un aumento en los sueldos cada vez mayor para poder cubrir lo que la inflación ha evaporado.
Con este panorama los directivos de los bancos siguen en su plan de medidas. Primero, Jerome Powell dijo este viernes 26 de agosto que hay una posibilidad de una subida de 75 puntos base de las tasas de interés para septiembre.
Ante esto, un directivo del Banco Central Europeo aseguró que es necesario actuar con “fuerza” ante esta situación, dando a entender que se vienen más subidas en las tasas europeas.
Y es que Europa sigue sin poder acabar con el problema inflacionario. Al igual que Reino Unido, los miembros de la Unión Europea tienen una crisis energética ante el temor que Rusia reduzca sus envíos de gas, afectando los precios y la economía del resto de Europa. Por esto se espera que la inflación general europea pueda superar los 8.9% alcanzados en julio en los próximos meses.
Ante este panorama no es de extrañar que las políticas económicas no cambien. La inflación tal y como asegura Powell, no ha caído como se esperaba y para esto seguirán presionando para lograrlo.
El inicio de un nuevo super ciclo
Para cerrar, hay que tratar el tema del creciente aumento en los costos de producción. Tal como reportan en Bloomberg, con los mercados laborales aún en horas bajas, los costos de producción son uno de los problemas que tiene los empresarios debido a que los salarios siguen altos y, producto de la desaceleración de la globalización, los costos igual.
Esto ha generado un “nuevo macro superciclo” en la economía, según Dario Perkins, economista de TS Lombard. En su reporte asegura que “la era de la inflación baja ha terminado” y que por más que los bancos centrales traten de evitarlo, es poco probable que logren interponerse en los “cambios estructurales” que se aproximan.
Pero aún hay esperanza de que la inflación se logre controlar. Tal y como explican en el reportaje, los precios de los commodities han caído en las últimas semanas, ayudando a aligerar los costos y a reducir la inflación.
A su vez, los cuellos de botella se han reducido, mejorando la distribución y resolviendo uno de los problemas más importantes que tenían los productores desde el regreso de la actividad económica tras la pandemia.
El tema ahora está en qué pasará en los próximos meses. Si bien el consenso es que se tocó el techo con respecto a la inflación, falta por ver cómo se comporta la economía con la llegada del invierno en Europa y con ciertos factores que afectan al mundo.
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