Argentina puso en vigencia de manera oficial este lunes el nuevo dólar soja. Se trata de una cotización especial con la que busca reforzar las reservas del Banco Central y cumplir con las metas pactadas con el FMI en torno a reservas e inflación. En esta nueva versión del programa aplicado en septiembre, el dólar costará 230 pesos argentinos y se buscará captar una liquidación de 3,000 millones de dólares.
En esta ocasión, el programa que busca incentivar a los productores a liquidar la cosecha que tienen retenida se extenderá hasta el 31 de diciembre. Así quedó expresado en el Decreto publicado en el Boletín Oficial.
“Se considera pertinente restablecer el Programa con un contravalor excepcional y transitorio para la liquidación de divisas que, en esta oportunidad, y en línea con la evolución del tipo de cambio aplicable ocurrida a partir del mencionado Programa, se perfeccione a $230 por dólar estadounidense”.
A fines de la última semana, el ministro de Economía, Sergio Massa, anticipó el objeitvo que se persigue con este nuevo dólar soja.
“Batir el récord de exportaciones en lo que es el complejo agroindustrial, entendiendo que Argentina es parte de la agenda de la seguridad alimentaria”.
Primera etapa
La primera versión del dólar soja se lanzó en septiembre pasado a 200 pesos argentinos. Esto les daba a los sojeros un incentivo para liquidar, ya que el dólar oficial cotizaba a 150 en ese momento. Este mecanismo permitió liquidar 7,600 millones de dólares, de los cuales el Banco Central acumuló 5,000 millones.
Sin embargo, entre octubre y noviembre al Banco Central se le fueron 1,850 millones de dólares para asistir al mercado, ya que las liquidaciones cayeron fuerte sin el incentivo del dólar soja. Esta dinámica pone en riesgo el cumplimiento de las metas asumidas con el Fondo Monetario, que prevén cerrar el año con reservas netas por encima de los 5,600 millones de dólares. Hasta ahora, esas reservas rondan los 4,000 millones.
Por ese motivo, y pese a que se suponía que el dólar soja de septiembre sería por única vez, el Gobierno reabrió ese mecanismo para captar parte de la soja que está preservada en los silobolsas, a la espera de una mejor cotización del dólar oficial.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, quedan 8.6 millones de toneladas por comercializar. A un precio de 596 dólares por tonelada FOB poroto, da que los productores tienen unos 5,100 millones.
Aumento controlado de combustibles
Como parte del acuerdo de Precios Justos, que congeló el precio de 1,800 productos por 120 días y estableció una pauta de aumentos de hasta el 4% mensual para los bienes no incluidos en el plan por el mismo lapso, el Gobierno argentino acordó con las petroleras un sendero de subas de precios de los combustibles también reducidas.
De esta forma, en el marco del programa, las empresas solo podrán ajustar el valor de naftas y gasoil hasta un 4% mensual por tres meses y en el cuarto mes el tope será de 3.5%. En octubre, las naftas aumentaron 5% y el gasoil un 7%, mientras que en este mes hubo nuevas subas del 7% en promedio.
En el acuerdo de Precios Justos participan 109 empresas. De ese total, 60 ya lo habrían firmado a mediados de la semana pasada, mientras que otras 40 lo seguirían revisando. No obstante, en los supermercados ya se encuentran los productos con sus respectivos precios y la señalética del plan.
Uno de los principales reparos de las compañías que aún no firmaron y que integran la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) es que el acuerdo no se condice con lo que se había conversado en las reuniones en Comercio. El principal punto en disputa tiene que ver con que no figura por escrito la contraparte del congelamiento. Recordemos que es el acceso a divisas para importar insumos, y así garantizar el abastecimiento.
El acuerdo con las petroleras será confirmado tras un encuentro de ejecutivos de las refinadoras con Massa. La coordinación de precios de los productos de la canasta básica, con los combustibles, aparece como imprescindible para bajar la inflación con consistencia.
Inflación con alivio
Durante noviembre, la suba en el precio de los alimentos se desaceleró con relación a los meses previos. Un pequeño respiro, en un contexto en el que la elevada inflación golpea con mayor impacto a los sectores de menos recursos.
El índice de alimentos y bebidas que releva la consultora LCG, presentó una suba del 3.5% en las primeras cuatro semanas de noviembre, medido de “punta a punta”. Se trata del incremento más bajo en lo que va del año para este indicador, si se lo compara con las mismas semanas de cada mes.
Tal como se desprende del estudio, en lo que va de noviembre, las frutas encabezan las subas, con un alza de 12.5%. Le sigue “azúcar, miel, dulces y cacao” y “comidas listas para llevar”, con 6.9%. Los “productos lácteos y huevos” subieron 6.3%. Las carnes, en tanto, treparon 1.4% y las verduras, 0.1%.
Damián Di Pace, director de Focus Market, dijo al diario Ámbito que se trata de una desaceleración pasajera.
“En diciembre hay muchas categorías de productos, sobre todo las vinculadas a las Fiestas, que se van a acelerar. Sin ninguna duda. En algunos puntos de venta, que son las grandes superficies comerciales que están dentro de los acuerdos de precios, ahí se va a poder encontrar precios más baratos. Pero en el resto de los comercios, se va a ver una aceleración en los precios”.
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