La delicada situación de Argentina en cuanto a sus reservas empujó a los Diputados a dar luz verde al denominado Monotech. Se trata de un Régimen Simplificado y Cambiario para Pequeños Contribuyentes Tecnológicos por el cual el Gobierno busca evitar la pérdida de una gran cantidad de dólares generados por el sector del conocimiento.
Se trata de los trabajadores que exportan sus servicios, cobran en moneda extranjera y no facturan esos montos en el mercado oficial. Eso ocurre frente a la pérdida de poder adquisitivo que eso supone. Para quien no conoce la realidad económica de Argentina, es necesario explicar que existen múltiples cotizaciones para el dólar. Esto significa que quienes pretenden cambiar el salario que obtienen por trabajar en una empresa del exterior deben hacerlo a la cotización oficial (en este momento 215 pesos argentinos por cada dólar).
Pero la maniobra no conviene, ya que el valor del dólar blue (393 pesos por dólar) tiene una brecha muy pronunciada. Para no perder el valor de su salario, los trabajadores argentinos se las ingenian de diferentes maneras: algunos conservan sus criptomonedas en un monedero internacional, otros las venden por billetes físicos y otros abren una cuenta en el extranjero, para posteriormente retirar el capital.
El sector en cuestión es uno de los que registró mayor crecimiento, conformando una industria que genera 7 mil millones de dólares al año. El Gobierno tomó nota de la situación. Según Ariel Sujarchuk, secretario de Economía del Conocimiento, gracias a esta iniciativa las arcas argentinas podrían tener un ingreso extra de 2 mil millones de dólares. Por eso, con este proyecto, ofrecen a los talentos que exportan su trabajo un dólar competitivo.
La propuesta cosechó 111 votos positivos, 11 negativos y 85 abstenciones. El proyecto deberá tratarse ahora en la Cámara de Senadores para que se convierta en ley. El Ministro de Economía de Argentina, Sergio Massa, opinó sobre la votación.
“Celebro la media sanción en Diputados del proyecto de Ley de #Monotech, un enorme paso hacia la regularización financiera y tributaria de los gamers y programadores freelance que cobran en moneda extranjera y que desean tener sus ingresos en la Argentina”.
Categorías del proyecto
La propuesta crea un nuevo esquema tributario. Se busca, por un lado, que aquellos profesionales que facturan en dólares puedan cobrar en esa moneda. Ofrece, además, beneficios de un empleo registrado, como cobertura médica y aportes jubilatorios. Para ello se plantean diferentes categorías.
- Primera categoría: alcanza a contribuyentes tecnológicos que exportan hasta 10 dólares anuales (unos 833 dólares por mes).
- Segunda categoría: contempla a quienes facturen entre 10 y 20 mil por año (1,666 dólares por mes).
- Tercera categoría: aplica para facturaciones anuales de entre 20 y 30 mil anuales (hasta 2,500 dólares mensuales).
De acuerdo a esos márgenes de facturación, un trabajador tributará un dinero mensual (casi 10 mil pesos para el primer grupo y hasta 20 mil para el último) que le abrirá la puerta a la libre disponibilidad de sus dólares, además de los beneficios mencionados.
El debate fue intenso y dejó en claro las posturas encontradas de los representantes. El legislador Carlos Gutiérrez justificó su voto en contra:
“Si fuera irónico diría por un puñado de dólares, pero no me quiero quedar en eso y quiero decir que es un verdadero parche, sostenido desde ambos lados de la grieta. Esta medida forma parte de una política desesperada por obtener divisas”.
Alejandro Cacace argumentó la abstención de su bloque:
“El problema es que con la legislación cambiaria que tenemos los miles de jóvenes que trabajan en este sector se les quita el 50 por ciento de su facturación. En un escenario en el que además las políticas se pierden en una maraña de legislación”.
Carlos Heller explicó su postura a favor:
“Es un nuevo esquema tributario para que los profesionales que facturan en dólares puedan cobrar en esa moneda, a partir de una visión integradora e inclusiva, ya que permite el acceso a miles de jóvenes al empleo”.
Ahora resta el tratamiento en el Senado para saber si el texto se convierte en ley. Claro que después llegará el veredicto real que darán los trabajadores del sector mencionado. Ese grupo lo integran programadores, periodistas, jugadores de eSports y traductores, entre otros. Habrá que seguir con atención su respuesta frente a este escenario y cuánta credibilidad le asignan a un esquema que los llevaría a cambiar el modo en el que actualmente se hacen de sus salarios.
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